Cap.31-Hazme una Estrella

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La tormenta atrapo a Ezara en pleno vuelo.

-"¡El ciento es demasiado fuerte!, ¡Sube más!"

-Debo mantener el curso.

-"¡No seas obstinado!, ¡Ni siquiera sabes por dónde vas!"

-Tengo que...-sintió algo-¿Axiuru?

Perdió el control y se precipito al mar, tan rápido que se hundió varios metros y el entorno comenzó a congelarse, le domino un pánico ciego, si no salía de allí seria aplastado por el huelo, emergió volvió a caer, una capa de escarcha se había formado sobre su cuerpo, trato con todas sus fuerzas para elevarse más y una ola lo golpeo.

-¡Prajna!-grito, fuera de sí-¡Prajna, ayúdame!

-"¡No puedo, en realidad no estoy aquí!"-desapareció y dejo en su lugar una voz severa-"Estas solo"

-¡Prajna!

No había forma de escapar, tenía que cubrirse, salto del agua y con su mano hizo un aplaca de hielo para tener algo solido, se poso en esta y cando otra ola se cerceo sobre él congelo la suficiente agua para formar un domo de hielo cerrado; ahora estaba atrapado dentro peor al menos estaba seguro, solo tendría que esperar allí hasta que la tormenta pasara.

-"Luces cansado"-aun esa voz extraña.

No era cansancio físico, todo ese autocontrol que exhibía exigía un esfuerzo enorme y aquel ultimo arranque le había rebasado, estaba mentalmente exhausto.

-Axiuru...

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-Ezara...

-Déjame dormir, Axu.

-Hazme una estrella, hermano.

Siempre lo mismo, abrió los ojos y lo primero que veía era su carita inocente y la sonrisa picara con l cual hacia, sin falta cada ciclo, su petición.

-Hazme una estrella.

-Aquí no, está muy apretado.

-Salgamos entonces.

Estaban apretujados con otros cuarenta en la roca ahuecada que les servía de nido, Ezara cedió a la presión y siguió a su hermana, los mellizos asomaron las cabezas por una abertura.

El lugar dono habían nacido y crecido no podía ser más raro, flotaban en un campo de escombros en medio del espacio exterior, los adultos más viejos custodiaban las márgenes del territorio manteniendo a raya la oscuridad con su luz y ellos, los más jóvenes, disfrutaban de la seguridad y calidez del centro, Axiuru y Ezara eran hijos del patriarca del clan pero estaban sujetos a las mismas reglas que el resto.

-Axu, Eza-los pescaron justo antes de que escaparan-¿A dónde van, estrellitas?

Su madre, Zhossana, era una hermosa hembra de brillo azul, era paciente, cariñosa y siempre estaba sonriendo, el privilegio de ser pareja del patriarca y sus preciosos mellizos eran más de lo que cualquiera en su grupo hubiera ambicionado, los retuvo y les hizo mimos hasta que escucharon el clamor largo y poderoso que indicaba el comienzo de otra jornada.

-A comer-dijo, adelantándose en lo que otras madres despertaban a sus crías.

Los llevo a otra roca plana y partió trozos de esta, su territorio también era su alimento y consecuencia había menos cada vez, habitaban literalmente entre las sobras del último planeta en que se asentaron hacia cientos de años, aun se permitía a los niños comer hasta saciarse peor los adultos habían comenzado a racionar.

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora