Axiuru

Cap.50-Día y Noche p.1

El martes amaneció despejado y cálido, era una mañana clara que en modo alguno hacía sospechar sobre los monumentales eventos que ocurrirían a lo largo del día, pero todos los involucrados en la obra estaban como si se hubieran leído el guion de antemano.

Ezara se había encerrado en su oficina y al mismo tiempo dentro de sí, estaba enfrascado en un esfuerzo final por restablecer la conexión con su hermana y decirle que todo iba a estar bien, que ya pronto se reunirían.

En su cuarto de hotel, Lili salió de la regadera y se atrevió a mandar un mensaje a Jonathan deseándole suerte y recordándole que, pasara lo que pasara, se verían esa noche.

El alcalde recibió el mensaje, sonrió al leerlo y lo borro enseguida, examino una vez más su aspecto ante el espejo y salió, tenía varios compromisos que atender antes del evento principal.

Gideon no había pegado ojo en toda la noche preparando un set de equipos bien disimulados para la ocasión, repaso su plan de acción mientras encendía un cigarrillo y miraba cuantos le quedaban en la cajetilla, era un fumador ocasional capaz de reservar el habito para sus momentos de más estrés.

-Voy a cambiarme a los mentolados-decidió.

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Axiuru no pego ojo la noche previa pero no se sentía cansada en la mañana, cuando Paris llego con un saco de prendas para probarle y su caja de maquillaje.

-Espero aprecies el esfuerzo que hago, si mi madre sabe que falte a clases hoy me mata, nada de echarte para atrás.

-No lo hare.

-He pensado que si te arreglamos rápido podemos salir antes, así vemos si el disfraz funciona y te acostumbras antes de ir al parque.

-Lo que consideres mejor.

Estaba tan nerviosa que había optado por tomar una actitud sumisa y dejar que Paris tomara todas las decisiones importantes por ella, así podía sumirse tranquilamente en sus pensamientos, Marina se unió alegremente al juego de disfrazarla y le probaron varios atuendos antes de decidirse por una sudadera rosa con capucha, una bufanda azul, mocasines y una larga falda negra, los pantalones eran mas prácticos para andar pero la falda le daba suficiente espacio a su piel para respirar; Paris completo la transformación con una base de color para su cara e indicándole mantener las manos en sus bolsillos porque solo las mangas largas no las tapaban del todo y habían descubierto que no podía usar guantes.

-¡No me gusta!-Marina hizo un puchero-¡No se ve su cabello!, necesita más moños.

-La idea es que no se fijen en ella-dijo Paris con paciencia.

-¿Puedo ir al parque con ustedes?

-Nah, va a estar muy aburrido-le dijo su abuelo-son cosas de adultos, mejor tu y yo nos vamos por un helado.

-Abuelo-salió de su coraza por un momento-¿podría acompañarme afuera?...entre a esta casa apoyada en usted y...

Richard le mando a callar con un movimiento de mano, le ofreció su brazo y sonrió, Axiuru se agarro bien de este y se dirigieron a la puerta, la luz del exterior le golpeo el rostro y le hizo parpadear mientras bajaban los tres escalones, se giro, cuanto llego a esa casa era de noche y no le había visto bien el frente, la fallada estaba pintada de un color alegre, aun si nunca la hubieran invitado le pareció que era un hogar con pinta de dar la bienvenida a quien lo necesitara.

-¿Saben qué?-dijo Richard, animado por la calidez de la mañana-vámonos todos por helado.

Como ya se ha mencionado anteriormente, Richard Ferrer vivía en un barrio latino por lo que la mayoría de las personas hablaban una mescla de ingles y castellano y todas las tiendas tenían letreros en dos idiomas, al principio Axiuru pensó que su disfraz no estaba funcionando pero luego se dio cuenta de que si la gente volvía a verlos era, en primer lugar, porque Richard había vivido allí toda su vida, era apreciado y bien conocido, y en segundo lugar porque como quiera que fuera formaban un grupo ligeramente llamativo: un anciano de color, una niña morena, una adolescente rubia y ella con su capucha rosa en medio de todos.