Cap.41-La Nueva Generación

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En dos años Manhattan había pasado de ser una colonia usurpada a una ciudad en rápido crecimiento, y apenas era la punta del iceberg, nuevos asentamientos se fundaban cada día tierra adentro, Inglaterra había dado a sus colonias en América libertades inverosímiles y todos querían subir al bote de la bonanza mientras durara.

En medio del auge, Diego prosperaba y ya no se arrepentía de haber hecho el viaje, en Manhattan a nadie le importaba que fuera gitano, era un respetado maestro constructor con varios aprendices y tanta autoridad que no se levantaba una cerca sin consultarle, también era un bien padre, no solo de Tom sino de la pequeña recién nacida que tuviera con Cholena.

-Es una muñequita-María pasaba a ver a su primita todas las mañanas-¡Me está mirando!, ¡Hola, Margarita!

-Vas a llegar tarde a la escuela-le convino su madre-vamos, aquí va a seguir cuando salgas.

Cholena no estaba exenta de responsabilidades, tenía a sus hijos y también un floreciente negocio de tejidos y artesanías en compañía de Diana y Carmen, el nuevo entorno no había logrado dividir a su tribu.

-Allá va ese pobre hombre-menciono Carmen.

Hablaba de Francis, lo vieron pasar en compañía de Ateo, apoyando el peso en un solido bastón, y con ver el ramo de flores ambas sabían a donde se dirigía, como cada mes.

-¿Puedes cubrirme?-pregunto la indígena, tomando a su niña en brazos.

-Hazlo entrar en razón.

Lo alcanzo en el muelle, a tiempo para verle arrojar el ramo al mar.

-Pronto no tendrás que hacer eso-dijo, él volteo a verla y esbozo una media sonrisa.

-Han pasado dos años, creo que lo hago más por mí que por ella.

-Axiuru esta allí, en algo parte, debemos tener fe.

-Si alguien puede pensar en una forma de explorar el fondo del océano ese es Benjamín.

-Y Tsami, estoy segura de que Sebastián ya los encontró y viene de vuelta con ellos.

-Sebastián-se le escapo una risa rara.

-Aun admiro lo que hizo por ti.

-Hizo que lo odiara.

-Y le funciono, no soportabas ni oír su nombre pero te esforzaste y lograste volver a caminar.

-Y lo primero que hice fue ir y darle un golpe en la cara.

-A la mitad de una misa.

-En cuanto lo vi en el suelo, sonriéndome, comprendí mi equivocación.

-Es un gran amigo.

-El mejor que jamás tuve-suspiro-esta historia...

-Se la voy a contar completita a Axu-ambos se rieron.

-Es curiosa esta clase de incertidumbre, ¿la encontraremos o no?, y si lo hacemos, ¿Qué pasa si sigue dormida?

-Prueba lo de los cuentos, un beso.

-No tienes ni que sugerirlo.

-Al final esto fue idea de Ezara, imagino que ya ha pensado en todo eso.

-Sí, se harto de esperar antes que cualquiera de nosotros.

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Efectivamente, luego de dos años Ezara comenzó a inquietarse por su hermana aunque no por impaciencia, sabía que aun demoraría muchísimo en despertar, sino porque temía que algo, sabrá Dios que, le pasara mientras dormía, si lograba sacarla del mar podría tenerla en un lugar seguro y cuidar bien de ella.

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora