XVIII Nuevo Mundo

80 32 2
                                    



Gaspar, Intholme y Cuspedo habían finalizado con la vida de unas quince sirenas. Y ya estaban a salvo, de vuelta en el castillo y esperando por la entrada de los hechiceros azules.

El rey estaba enfrentado a la puerta. Al lado de él estaba Cuspedo. Paradas al costado del hijo del rey estaban Celia y la otra hija del rey, Belle; quienes tenían muy buena relación. Del otro lado estaban Intholme y Gaspar firmes. Al su derecha se encontraban dos hechiceros azules, que habían decidido no guarecerse y representar al grupo por años.

Una orquesta se situaba en un rincón. Cada tanto, en la espera, tocaban una corta melodía.

-Belle, vendrán muchos muchachos solteros. Y poderosos.
-Estoy comprometida, Celia.
-Como si no te gustaría tener un amante atractivo.
-Puede que no ame a Ian, pero me casaré con él para mantener el poder en la familia. Y no le seré infiel. A pesar de todo, no es un mal hombre.
-Como digas Belle.

Los hechiceros llegaron, se pararon en la puerta. La orquesta empezó una canción más rápida que las anteriores.
Empezaron a caminar, lentamente hacia el rey. Atrás de ellos, iban atadas todas las mujeres del castillo de Rumpelstiltskin.

-El segundo es lindo- Le dice Celia a Belle.

Avanzan un poco más, Belle nota las presas.

-Tienen mujeres Celia, mujeres.

Se detuvieron enfrente del rey. Todos, excepto las mujeres, los aplaudieron.

Cuando los aplausos callaron, Celia preguntó alzando la voz.

-¿Se puede saber por qué tienen mujeres atrás?

-Ah, las mujeres, con que eso te molestaba... No hacen más que cumplir el pedido de Dios. Mataremos a todas las mujeres para un nuevo mundo. Volverán en un nuevo comienzo.-Dijo el que estaba adelante, su nombre era Ferdinand y era uno de los fundadores de la asociación maga.

-No pueden hacer eso.-Dijo el rey.

-Podremos, con vuestra ayuda.

Los magos fueron acomodados en cuartos. Las mujeres, llevadas a las prisiones.

Candace se encontraba rezando, cuando llegaron nuevas prisioneras.

-¡Mamá!- dijo la niña.
-¡Candace!


RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora