XXII Siganme

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Gaspar salió de su casa, caminó hasta la casa de una vecina con la que tenía buena relación. Fue invitado a pasar. Entró.

Tomaron el té en el comedor. La cuna del bebé también estaba ubicada ahí. Gaspar miró al bebé varias veces. Quiso ir a agarrarlo en distintas ocasiones.

-Perdón, lo siento- Dijo Gaspar al pararse con una lágrima en su cara.

-¿Qué pasa?

Gaspar tomó al bebé. Amenazó a su vecina.

-No quieres hacer esto, para.- Dijo la vecina

-Ojalá pudiera. Dijo Gaspar.

Se teletransportó al castillo del rey. Escuchó la conversación.

-¿Su proyecto implica matar a todas las mujeres?-Preguntó el rey

-Sí señor,- dijo Ferdinand- Así Dios creará un nuevo mundo igualitario para todos. Ne el que todos tendremos lo que queramos.

-¿Puedo pedirte un favor? Quiero que Belle y Celia vivan hasta el fin del plan. Que sean las últimas.

-Lo serán, lo prometo- Aseguró Ferdinand.

Gaspar ingresó con el bebé.

-Lo tengo-Dijo

-¿Es tu hijo?- Preguntó Ferdinand.

-Sí- contestó.

El rey juntó la sangre del Darkone y las hojas milagrosas.
Cuspedo e Intholme estaban arriba cuando escucharon los gritos del bebé. Bajaron esperanzados.
Era el momento.

-¿Dónde lo haremos?-Preguntó Intholme.
Gaspar lo codeó, estaba Ferdinand a su lado.

El hechicero se retiró.

El rey, sonriente dijo:
-Siganme.

RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora