XXXVII Amaneciendo

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Dexter agarró a Lumen de la mano, intentó aparecer en su casa, pero no funcionó. Algo impedía desaparecer en el castillo del Darkone. Dexter estaba muy nervioso. ¿Cómo saldría de ésta? Ya si intentaba salir y teletransportarse afuera, Rumpelstiltskin lo atacaría.

-Sígueme Lumen.-Pensó en correr y esconderse en las tumbas de los hechiceros.

-No, Dexter, no te escondas. Ya sabrá que fuiste tú el que hizo esto y creo que lo mejor es que le muestres en la cara para quien juegas.

El picaporte se abrió. Rumpelstiltskin venía sin hablar, escuchando reproches de las sirenas por sus compañeras caídas. El Darkone se encontró con Lumen parada, mirándolo.

Dexter, atrás de una cortina lo pensó otra vez y estuvo de acuerdo con Lumen. Se mostró, todavía llevaba el corazón en su mano.

-Oh. ¿Qué tenemos aquí? No me llevo bien con los traidores, deary. –Dijo Rumpelstiltskin.

-Te cuento que tenemos aquí.-Dijo Lumen.-Tenemos un hombre que se cansó de que lo uses, un hombre que te va a dar batalla ahora mismo y un hombre que quiere mucho a una mujer que mató a unas ocho sirenas, y sí, lo disfrutó mucho.

Dexter la miró, algo orgulloso, algo asustado, pero no iba a defraudar a Lumen, prefería morir.

El Darkone tiró un hechizo, de sus manos salía una luz roja y fina con chispas que se alargaba cada vez más. Dexter se corrió a la derecha esquivándolo. Se preguntaba qué era ese hechizo y qué quería hacerle el Darkone. Pero dejó de pensar.

-Bringtorparten!-Gritó con la mano extendida. Una ola de viento tumbó a Rumpelstiltskin.

Dexter corrió a las sirenas hacía un costado con un hechizo y escapó con Lumen. Corrieron mientras el sol se empezaba a asomar. Ya en casa de Lumen, Dexter guardó su corazón en un frasco.

Se acostaron en la pequeña cama donde venía durmiendo Lumen.

-¿Con qué te quiero mucho?-Dijo Dexter riéndose.

-Se te nota mucho, no sé qué es lo que ves en mí, pero cada vez que me miras siento que me estas entendiendo perfectamente.

Dexter besó a Lumen y cerró los ojos. Hacía mucho tiempo no estaba tan feliz.

Se despertaron al mediodía. Después de haber dormido toda la mañana, Dexter preparó el almuerzo. Cocinó una carne de burro que Lumen había conseguido en una repartida gratuita. Decidió acompañarla con apio y cebolla.

Luego de comer la exótica comida, fueron a hablar al castillo del rey.

RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora