LI Sympathy for the devil

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No era una tarea nada sencilla para Cuspedo. Sabía que si su padre lo traicionaba, él tendría que matarlo. Los otros magos no tolerarían otra respuesta y probablemente Cuspedo tampoco. Trataba de tener esperanza, pero en el fondo estaba seguro que su padre escaparía con la daga, quizás porque él haría lo mismo, pero el deseo de saber si su padre lo traicionaría y la convicción de que Intholme lo seguiría hasta el fin del mundo lo retenían.

Así que le avisó a Gaspar, a Ferdinand y a Dexter que estén atentos, que el rey tendría la daga.

Cuspedo tomó la daga y fue a hablar con el rey.

-Padre, he encontrado esto.- Dijo poniendo la daga sobre la mesa.- Creo que lo más seguro es que lo tengas tú en vez de un mago con suficiente poder como para retenerla.

Los ojos del rey brillaban.

-La guardaré. - Dijo.

Los magos lo espiaron durante horas. Veían como el rey cada diez minutos miraba la daga, pensaba y caminaba nervioso por la sala. Hasta que en un momento se decidió. Tomó la daga y pronunció seria y monótonamente:

-Rumpelstiltskin, Rumpelstiltskin, Rumpelstiltskin.

El Darkone apareció frente al rey. Lo miró fijamente y agachó la cabeza. No iba a pelear, ya había notado que el rey tenía la daga en su mano.

-Acércate.- Dijo el rey.

Rumpelstiltskin no quería avanzar, pero algo lo obligaba a hacerlo. Era un hechizo que hacía miles de años permanecía en la daga, el Darkone siempre reaccionaba involuntariamente a la órdenes dadas con la daga en la mano.

Rumpelstiltskin se paró al lado del rey, lo miró a los ojos consiente de que iba a morir, aunque no apenado, solo aceptando la situación.

El rey dudaba, le era mucho más difícil de lo que imaginaba clavarle la daga. Nervioso, apenas podía mover el brazo temblorosamente.

Cuspedo tomó coraje y apareció por detrás del rey. Puso su palma casi rozando la espalda de su padre.

-Pulchre Moriatur.-Pronunció.- Ka, ka, ka, ka.- Dijo gritando. Dejó salir sus lágrimas durante el grito.

De su mano salió un hechizo celeste que atravesó el cuerpo de su padre. Luego, el hechizo comenzó a trepar por los brazos y las piernas del rey en forma de enredadera. Luego el hechizo desapareció y el rey cayó, estaba muerto.

La daga cayó muy cerca de Dexter. Entonces decidió agarrarla. No había caso, cualquiera podía agarrarla y convertirse en el Darkone. Pero Dexter no hizo esto.

-Haz lo siguiente.- Dijo con la daga en la mano.- Aparece en el castillo en el que te encontrabas antes de venir aquí con la daga del Darkone en la mano.

El Darkone desapareció.

Intholme no soportó la traición. Comenzó a preparar su mano para hechizar a Dexter, cuando este se dio vuelta y abrió sus brazos en paz, esperando su muerte. Intholme no iba a frenar, pensaba que Dexter debía morir, aunque él mismo quisiese.

Intholme estiró su mano. Una nube gris salió de él, la cual ingresó por la nariz de Dexter.

La piel del mago desapareció, quedando solo un esqueleto en el suelo.

RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora