En el cielo se distinguían millones de estrellas, la luna estaba casi llena. Lumen miraba ese hermoso cielo desde una habitación del castillo. Recostada sobre Dexter se sentía más que feliz. La calma era parte de ellos aun sabiendo que en minutos él le quitaría su camisón blanco y desabrocharía suavemente su corpiño.
-Te amo.- Dijo dulcemente Lumen a Dexter por primera vez.
-Yo también te amo.- Contesto él.
Ella se dio vuelta y lo besó tan fuertemente como nunca había besado a nadie.
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En la habitación de al lado, se había hospedado Intholme.
Alumbraba con un farol su libro. Se secaba una lágrima mientras leía.
"¡Morir..., dormir! ¡Dormir!... ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida!"
Las palabras de Shakespeare tocaban su alma mientras se planteaba lo mismo para su vida. Llevaba ciento veinte años viviendo una vida vacía en la que había hecho un único amigo, al que abandonó, al que vio morir frente a sus ojos. Una vida en la que la única sensación cercana al placer había sido un beso de un hombre con el que no volvió a conversar. Quizá cuando mataba sentía algo parecido, tomando el control y estando feliz de algo por lo que cualquier otro tuviese culpa. Pero él seguía recordando aquél beso y quería repetirlo una y otra vez.
Y lo sorprendió, lo sorprendió muchísimo que esa misma noche Ferdinand haya entrado a su habitación, lo haya besado y desnudado con la pasión que lleva encima.
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Rumpelstiltskin
FantasyRumpelstiltskin era un padre pobre y muy cobarde. Pero al convertirse en el nuevo Darkone, el ser más poderoso del mundo, su vida cambió repentinamente. Sus oscuras acciones no le agradaron a todo el mundo, por lo que magos, sirenas y otras criat...