XXXII If you didn't hate me

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Cuando Lumen se durmió, Dexter besó su frente y volvió al castillo ilusionado bajo la luz de la luna.

A la mañana siguiente, se levantó y lavó su cara. Si bien no tenía apetito, decidió calentarse una sopa. Luego de tomarla a cucharas, le pareció correcto tomar aire fresco.

Se sentó sobre un sauce llorón a contemplar el anaranjado amanecer. Pensó. Pensó en Louis, luego de un tiempo sin querer afrontarlo, entendió que tenía razón, que era una guerra en la que no tenía por qué involucrarse. Pensó en Almen, se sintió mal dejando al niño, algo se culpa estaba presente en ella. Deseó con toda su alma que el niño esté bien. Y pensó en Dexter, en lo que lo había cuidado, en su forma de tratarla, en su sonrisa pícara. Y se dio cuenta de lo que siempre estuvo ahí: estaba enamorada de Dexter.

Vio pasar a dos muchachas correr desesperadamente: Celia y Belle. Se asomó a ver si alguien las perseguía. No vio a nadie. Sintió curiosidad y empezó a caminar lentamente hacia al lago. Cuando se dio vuelta unas 10 sirenas se le estaban acercando.

Lumen asustada miró a sus alrededores. Encontró un palo en forma de tridente en el piso. Lo agarró. Lo clavó en cada sirena que se le haya acercado, quitándoles la vida.

-¿Te sorprenden nuestras piernas? Fue tu amigo Rumpelstiltskin.- Le gritó Vita desde lejos.

Lumen sabía que no podía confiar en Rumpelstiltskin. Y ahora, dudaba de Dexter.

Lumen volvió para su casa. Llegando a la puerta sintió que la agarraban del hombre y un cosquilleo en el cuello. Cuando se dio vuelta era Vita, tratando de morderla. Clavo el palo en su abdomen mirándola a los ojos. El cuerpo desnudo de Vita cayó al piso.

Lumen alejó el cuerpo de la puerta de su casa y volvió a descansar.

RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora