XVII Reyes Magos

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524 Años antes

Las pajas del techo parecían camellos. Se vio junto a sus trillizos cabalgarlos. Llevaban adornos y juguetes de cerámica. Vio sonreír a un niño. La imagen desapareció, se encontraba en un lugar blanco y celeste, donde las personas flotaban. Vio a un hombre de barba larga levantarle el pulgar. Despertó en su choza, en el desierto africano.

Notó que su hermana menor temblaba. No tenía abrigo. Quitó la manta de su colchón y la tapó.

-Estarás bien, Dulce.- Dijo silenciosamente.

-Gracias Melchor.

Melchor, Baltazar y Gaspar tenían 13 años y cuidaban, desde la muerte de su madre, hacía meses, de Dulce. Eran pobres y solo comían cuando alguno cazaba algo.

-Tuve una visión-Dijo Melchor cuando sus hermanos despertaron- Dios nos dará la oportunidad de ser felices. Gaspar, Baltazar; hermanos, tenemos una misión.

-Dime- Dijo Gaspar algo confundido.

-Les haremos regalos a los niños. Los llevaremos en camellos hasta donde sea necesario.

-Melchor, ¿Cómo sobreviviremos? ¿Qué ganamos con todo esto además de arriesgar nuestras vidas?- Preguntó Baltazar desilusionado

-Nuestras vidas ya están en riesgo. Si se lo hacemos saber a la gente, quizá nos den algo a cambio.-Le contestó Melchor.

-¿Cuándo partiremos?-Preguntó la pequeña Dulce.

-Dul, querida, no quiero cambiar los planes del señor. Por algo no apareciste en mi visión. Te quedarás con la familia Biltore, ellos cuidarán de ti.

Los Biltore les habían dado alojamiento y alimento cuando los hermanos no podían. Aunque las condiciones de la familia era más o menos las mismas.

Los hermanos se hicieron conocer como Los Reyes Magos, aunque no eran reyes, ni mucho menos, magos. La gente le daba comida a cambio de regalos. Y así fue durante mucho tiempo.

Gaspar, cuando andaban por el continente africano, visitaba y le llevaba comida a Dulce. Baltazar sospechaba, pero siempre lo cubría ante Melchor inventando alguna historia.

Un 6 de Enero, Gaspar estaba en la casa de los Biltore visitando a su hermana. Cuando de repente, ambos aparecieron en un lugar exótico. Era un bosque. Un hombre raro con barba los miraba.

-Bienvenidos.

-¿Dónde estamos? ¿Quién eres?-Preguntó Gaspar.

-En una tierra con magia, mira- Levantó con magia a un conejo. Lo tiro al suelo haciéndole reventar la cabeza- Y yo, soy Mooneyes.

Mooneyes les otorgó magia para que cuiden un trompo. Una trompo que solo un mago muy poderoso podía usar. Pero quien podía usarla, podría destruir la vida de lo que quisiese, solo con hacerlo girar.


RumpelstiltskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora