Cap.35: Deberías odiarme

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Esperaba llegar por la mañana, pero el vuelo ha sido demasiado rápido. No se si agradecer o sentirme mal por estar aquí antes de lo esperado.

-¿Te puedo ayudar con eso? -volteo a ver aturdida al tipo que me hablo. Tiene una gran sonrisa, y es verdaderamente guapo, unos ojos azules y cabello castaño, pero en mi mente y corazón sólo había lugar para alguien, Justin.
-No, gracias -le regalo una falsa sonrisa y me alejo con mis maletas.

Veo a todos lados, la ciudad esta llena de luces, hay demasiado tráfico...hace que me sienta exhausta y con dolor de cabeza.

Pasa hora y media y al fin estoy en mi edificio. El taxi ha tardado demasiado, esta ciudad esta demasiado atascada de coches, es terrible.

-Buenas noches -saludo a la recepcionista.
-Buenas noches, señorita. ¿La puedo ayudar en algo? -su sonrisa se ensancha, mostrando sus dientes, uno de ellos manchado por labial carmesí barato.
Me limito a contestar.
-Tengo un departamento en este edificio, vengo a habitarlo. Había llamado la noche anterior.
-Oh, claro -dirige la vista a su computador -¿Señorita Trainor? -asiento con un ligero movimiento -La señora Santangelo ha dejado la cuenta saldada, el departamento es todo suyo, y ya se encuentra amueblado.

-¿Le gustaría que la acompañara hasta su piso? -dice mientras me entrega la llave electrónica.
-No -me apresuro a decir con una ligera sonrisa.
-Bien, que pase una buena noche. Si algo va mal, puede marcar al número que esta sobre la mesa.
-Claro, muchas gracias.

Me apresuro a subir por el elevador. Me siento tan agotada, me duelen los pies y lo único en lo que pienso es en dormir. No sé ni porque me vine en tacones «Los detesto» niego con la cabeza. Harta de este día, suspiro largo y al fin llego a mi piso.

Los ojos se me cierran por el cansancio y llego a mi departamento. Una vez que entro aviento mis maletas al suelo y me recargo en la puerta.

Si fuera por mi me quedó a dormir en el suelo.

Se escucha el piso de madera crujir, pero estoy segura de que no fui yo o las maletas que tire, de inmediato abro los ojos y busco el interruptor de la luz.

«No enciende, mierda» sigo intentando, pero nada. «Maldita luz».

Tomo lo más cercano que tengo y resulta ser una lámpara. «De algo servirá» pienso.
Miro de un lado a otro pero no veo nada.

-Estúpida imaginación -masculle.

-¿Cual imaginación? -se escucha una voz. Esa voz.

Me paralizo. Estoy alucinando. Se me hace un nudo en la garganta.

Te haz vuelto loca, definitivamente loca.

A mi lado derecho, una persona va saliendo de entre las sombras. Miro desde abajo, sus zapatos de charol relucen por la luz de la luna y el traje negro se confunde con la oscuridad.

-Sorpresa -susurra.
Me quedo sin aliento. Cómo él, puede, aquí, ¿Cómo?
No respondo, sigo impactada ¿Qué hace aquí?. Quiero hablar, pero no puedo reaccionar.

Se acerca más a mi. Por Dios.

-Siempre con la violencia -sonríe de medio lado quitándome la lámpara de la mano.
Mis ojos arden, las lágrimas amenazan por salir.
-¿Qué haces aquí? -logro preguntar al fin.
-¿Pensabas que te dejaría tan fácil? -dice y la primera lágrima resbala.
-Yo... ¿Cómo...cómo supiste en donde estaba? -susurre. limpiandome la cara.
-Nena -sonríe -soy Justin Bieber, ¿Lo olvidas?. No eres la única con trucos -se encoge de hombros.

As Long As You Love Me [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora