Cap.38: ¿Donde esta?

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42 meses después...

¿El amor tiene fecha de caducidad? No lo sé. Maldita sea. Pero sé que mi corazón se sigue acelerando cada vez que pienso en él.

Es una locura, en definitivo locura. Ha pasado más de un año y medio y sigo sin saber nada de él. Tal vez se haya cansado de las visitas, de los besos limitados y de las caricias controladas.

Los ojos me queman, pero me niego a llorar de nuevo.

Bien, sabía que pasaría, tenía que pasar _________. Te lo dije, nada es eterno.

Negué con la cabeza, mientras metía mis piernas en los jeans negros y me abrigaba con un suéter del mismo color.

Deberías estar feliz. Vamos muestra tu sonrisa de caballo enloquecido.

Debería estar feliz... ¿Debería?.

Lo recuerdo tan lucido, feliz, todo estaba bien desde la última vez que nos vimos. No entiendo porque desapareció. Nadie le ha visto o al menos eso es lo que me dicen.

Cada día sufría porque me viera con ropa de reclusa, tenia tanta vergüenza de mi misma, pero él siempre encontraba la manera de hacerme sentir 'hermosa' y sonreír aún cuando no quería, o no podía debido a los golpes que me dejaban el resto de mis compañeras de celda.

Me habían sentenciado por 4 años y 10 meses, pero debido a que aún era menor- cuando me sentenciaron - más mi buen comportamiento la condena se redujo a 3 años y 6 meses. Agradecía tanto a Henry por haber insistido y haber sacado mi culo de aquí lo más antes posible. No estaba segura de si podía haber sobrevivido un año más en este infierno.

Ya no recuerdo cuantas veces fui a la enfermería por culpa de las otras mujeres. Claro, soy pequeña de edad y tamaño, ellas eran unos mastodontes marimachos. Con una jodida fuerza y más si se juntaban todas. Pude salvarme de unas cuantas, pero cuando se daban cuenta de que iba a ganar todas se me venían encima.

Malditas montoneras.

Nunca falto la típica lesbiana que vez en las estúpidas películas sobre la prisión. Acosando a otras chicas, manoseando cada parte. Yo fui a la única que nunca toco, y aunque eso se me hacía jodidamente extraño, ni loca le preguntaría, es más agradecía a todos los dioses por librarme de ella.

No sé como soporte tanto. Justin siempre me decía que era fuerte, y siempre lo creí hasta que se fue sin previo aviso y entonces todo se vino abajo.

Enferme por casi medio año debido a la depresión, me tuvieron que sacar dos veces de la prisión para llevarme de urgencia al hospital porque no comía, bebía, prácticamente no hacia nada más que llorar y entrar en ataques nerviosos.

Lo peor había pasado.

Camine hacia el pasillo, pero antes suspire profundamente.
Las piernas me tambaleaban y sentía como si millones de caballos estuvieran trotando en mi estomago. Los ojos se me aguaban y, apretaba en puños las mangas del suéter que me quedaba algo grande, mientras torturaba mi labio, casi haciéndolo sangrar.

No sabía quien iba a venir por mi. Y tenía miedo de que nadie lo hiciera.

Nunca había estado tan nerviosa como ahora. Me sentía como si fuera una pequeña niña del preescolar en su primer día de clases; nerviosa, ansiosa y preocupada, esperando a que su madre volviera por ella como le había prometido al dejarla en aquel lugar.

As Long As You Love Me [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora