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Henry

Seguía sentado en el tronco, esta vez Bill me acompañaba. Llevábamos un rato hablando sobre nuestras vidas, más de la de él que de la mía. Me contó algunos detalles sobre como es el comportamiento en la civilización.

Nuestra conversación fue interrumpida cuando escuchamos un ruido que provenía del bosque, yo no me asuste porque sabía que Elena estaba buscando algo para comer, y Víctor había ido a buscarla. Además podía sentir sus aromas.

Al cabo de unos segundos ellos aparecieron entre los pinos. Ambos venían sonriendo, al parecer la pasaron bien.

Bill no había dicho nada desde que se escucharon los ruidos.

–Que susto, por un momento pensé que tu familia nos había encontrado– dijo Bill cuando vio quienes eran los que se aproximaban.

–Ya yo sabía que eran ellos, son los únicos que han salido del claro– mencioné con una sonrisa.

Elena y Víctor llegaron hasta donde nosotros. Víctor tenía en su camisa muchas frutas, lo suficiente para alimentarnos a todos. Elena me sonrió, yo le devolví la sonrisa.

–¿Qué crees, es suficiente?– preguntó ella señalando el abdomen de Víctor.

–Por supuesto– le contesté.

Bill se rió sin ninguna razón aparente, o eso creí.

–¿Qué sucede?– pregunté confundido. Bill negó con la cabeza y dejo de reírse.

–Bill ella se refiere a las frutas– dijo Víctor.

Elena y yo nos miramos confundidos. De momento Elena lo entendió y puso mala cara. Yo seguí confundido.

–Voy a ignorar lo que acaba de pasar– mencionó Elena.

Bill se rió más, mientras que Víctor parecía estar algo molesto.

–¡Vaya! consiguieron comida– dijo una voz que venía desde atrás de Bill y de mí.

Nos volteamos, era Nick. No había escuchado que alguien saliera de una de las casetas, debió ser por haber estado hablando. Leo venía con él.

–Si así es, mientras ustedes dormían, yo conseguí estas frutas– mencionó Elena señalando las frutas.

–¿Aja? ¿Ósea que yo estaba pintado en uno de los arboles?– preguntó Víctor frunciendo el ceño y cruzando los brazos dramáticamente.

–Bueno, cuando tu llegaste yo ya había recolectado todas estas frutas, tu solamente las recogiste del suelo– Elena discutió con él, pareció ser de broma ya que ella estaba sonriendo. – Además se te cayeron tres veces, una debajo del árbol donde recogí los frutos y dos durante el camino de regreso.

Víctor estaba avergonzado.

–Es que...– de repente puso un gesto pícaro– me olvidaba de que los llevaba en mi camisa, tanta belleza me distraía– todo lo dijo mirando a Elena.

Bill y Nick se miraron con las cejas en alto, Leo sonrió extrañamente, yo fruncí el ceño y Elena se avergonzó.

Me pareció que fue un comentario algo fuera de lugar.

Elena tomó aire, y miró a Víctor.

–Mejor vamos a comer, –sugirió Elena– así te entretendrás y no andarás diciendo cursilerías acerca del bosque.

Víctor comenzó a caminar y Elena lo alcanzo rápidamente.

–No estaba hablando del bosque– dijo él con sinceridad mirándola a ella.

Róel: La RebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora