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Henry

Bill y yo buscábamos a mi hermana y a Víctor. El aroma de ambos nos llevo a adentrarnos en el bosque, no me detuve hasta que percibí otros aromas que no eran los de ellos.

–No...– comencé a susurrar con furia e incredulidad– ¡No! ¡No puede ser!

–¿Qué? ¿Qué sucede?– preguntó Bill.

–Los encontraron.

Trataba de encontrar por donde se habían ido. Fue entonces cuando percibí unos aromas que nunca había olfateado.

–Entonces, llegamos tarde– susurró Bill lamentándose.

–Sí, puedo oler el aroma de mi padre y mi hermano. Pero hay dos más, y no se de quienes son.

–Hay dos linternas aquí en el suelo– informó Bill detrás de mí.–Deben ser las que tenían Elena y Víctor.

Bill observo atentamente mientras yo olfateaba toda el área para poder saber por dónde se fueron. Se habían dirigido hacia el norte según los aromas, y no solamente lo supe por eso, sino que también había pisadas recientes. ¿Pero quiénes eran las otras personas?

¿Serian otros cautivos? Era ilógico que mi padre trajera cautivos al bosque para buscarnos.

Entonces escuche un ruido entre los árboles, de la nada un chico apareció enfrente de mí. No lo vi venir fue como si hubiera aparecido ahí, y ya.

–¿Eres Henry?– preguntó el chico tan alto como Erick pero mucho más musculoso, muchísimo más.

Di un paso atrás.

–¿Quién eres?– pregunté mirándolo con serenidad.

–Si, eres tú. Tienes que ayudarme– dijo casi suplicando.– Tienes que escuchar lo que te voy a decir para poder salvarnos a todos.

–Yo te he visto antes– mencionó Bill.

Bill se había acercado a nosotros. El chico miro a Bill.

–Si, yo también te he visto– mencionó el chico.– Siempre estás en las fiestas de Jennifer. Eres el novio de una de sus amigas.

–Exacto– acertó Bill.– Debes ir mucho a las fiestas de Jennifer.

–Siempre– agregó el chico.– Nunca me las pierdo... ¿Pero por Dios porque estoy diciendo esto?– lo dijo para sí mismo.– Henry. Soy tu primo Daniel Róel.

–¿Primo?– pregunté.

Ahora sí que me había confundido. Si él era mi primo significaba que uno de mis padres tenía hermanos, hasta donde tenía entendido ninguno de mis padres tenía hermanos. Él había dicho Róel. Lo cual significaba que era hijo de un hermano de mi padre.

–Pero papá no tiene hermanos– susurré.

–Creo que eso es lo que él quería que ustedes pensaran. Pero si tiene. Es su hermano menor. Nuestros abuelos lo echaron de aquí y lo enviaron a la civilización– Daniel hablaba claramente para que lo entendiera.– Papá continuo rindiendo tributo a la religión por miedo. Pero, siempre habíamos querido salir de ella. Ahora que solo tu padre es el único que quiere continuar en ella debemos luchar para que Satán deje de asecharlo y seda para salir.

–¿Acabas de decir que todos desean salir de la religión excepto mi padre?– repetí en cuanto lo procese.

El asintió.

Miré a Bill, quien estaba sorprendido.

–¿Papá fue quien capturo a mi hermana?– pregunté.

Róel: La RebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora