IX

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Me quede estático, cuando reacciono tengo unos labios besándome y una chica restregándome su gran barriga.

-¿No te alegras?- me mira con cara triste, y luego mira hacia la sala y termina de entrar- Hola mucho gusto soy Isabel- saluda a Guadalupe de beso, a Aballach y Damian de mano- Oh pero que bebé más linda, ¿es tú hija?- antes que Aballach responda le interrumpo.

-No, la bebé es mía.

-Pero no se parecen en nada.

-De seguro el tuyo tampoco- se tapa la boca y me mira.

-Con el único hombre que he estado es contigo- me dice mientras se acerca.

-Por favor eso debio de ser hace mucho tiem... Espera ya te recuerdo.

-Enserio, ¿de verdad?- dice y se sienta en un sillón.

-Hace tres años que estuve contigo- me acerco a ella y toco su barriga.

-Crees que no se lo que eres, no todos los embarazos de demonios duran 5 a 7 meses hay unos que duran años.

Me siento derrotado en una silla, grito hasta sentir ardor en mi garganta, Ene se para despacio del suelo y se acerca a mi, estira los brazos y la cargo, me agarra los cachetes y me besa la boca.

-No trishte, Ker- me mira y me vuelve a besar. Ya decidí que debo hacer.

-Escúchame bien, esta bebé es lo más importante para mi en este momento- me paro con mi pareja en brazos- Si crees que dormiremos juntos o seremos una pareja no lo creas, sólo serás la madre de mi supuesto hijo y yo ya duermo con una princesa.

Con eso todos volvemos al comedor para poder comer; Isabel se intenta sentar a mi lado derecho pero en eso aparece Ene.

-Mi shilla, Lupe- señala la de mi izquierda- Papá- señala la de al lado de Guadalupe- Mian- señala la de su derecha, eso solo deja la silla al lado de Damian.

-Creí que tú eras su papá- coge la silla y la acomoda quedando frente la mía.

-Ella lo ve todo el día es normal que crea que es su papá- digo esto mientras como ensalada de papa.

Mientras como, no se puede pasar desapercibido algunas cuestiones: Aballach no deja de mirar a Guadalupe, la idiota de Isabel no deja de asesinar con la mirada a Ene, que está súper concentrada intentando comer sola.

Cuando terminamos de comer subo con Ene para dormir y detrás nuestro Isabel, le muestro una de las habitaciones para invitados; cuando entro a mi cuarto le doy un rápido baño a Ene que está llena de tierra y finalmente le pongo su pijama.

A la mañana siguiente huelo algo quemado, bajó con una bebé que todavía está medio dormida, cuando entro a la cocina no me lo puedo creer.

-Lo siento, quería hacer el desayuno- está con un vestido, un delantal de Guadalupe y frente a ella una sartén con pan quemado y al lado un guante también quemado.

-No tienes porque hacerlo, si querías agradecer mejor no vuelvas a hacer algo igual.

PECADO. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora