XXXIV

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-No puedes hacer lo que quieras conmigo, si digo que quiero ir es que quiero y punto.

Se queja quitándose la cobija y yendo al baño, ya paso un mes desde mi sueño y ella ya esta bien solo que soy un exagerado y no quiero dejarla ir a la boda de Guadalupe y Aballach, pero ella es una importante parte de la boda debería de dejarla ir y punto, pero me gusta verla enojada.

Entro con ella al baño, todavía es pura pero me gusta hacerla rabiar, cuando entro la encuentro con la toalla debió de sentir mi emoción asi que se movió en bañarse y estar lista antes de poder verla desnuda.

-Ya que ambos vamos, muévete que todavía tengo que ayudar a mi madre con algo.

-¿Cuál  de las dos, la que se casa o la verdadera?

La verdad nos sorprendió cuando Damian nos dio la gran noticia que nuestros padres no murieron solo se escondieron donde su padre no los pudiera encontrar y eso fue el cielo ya que él también esta marcado.

-La verdadera, ya sabes que madre es la verdadera y mamá la adoptiva, deja la bobada y muévete que ya vamos tarde por tú culpa.

-Si te gano ¿qué  me das?

-¿Qué me das tú?- me sonrie de manera picara y comienza a vestirse super rápido, salgo corriendo a bañarme y afeitarme.

Cuando salgo no la encuentro, asi que me visto con mucha tranquilidad, cuando voy a atarme la corbata, entra super agitada debemos de estar cogidos del tiempo, pero se detiene y yo también, tiene una gabardina negra y tacones rosa, la idea era que no nos viéramos hasta la iglesia, pero quien la entiende.

-Ayúdame- le digo para que nos movamos.

Me acomoda la corbata y salimos derecho al carro, a comer en èl porque nos levantamos y no comimos aunque la boda es a las 5 para que la recepción sea a las 8, pero ya son la 1 y todavía ninguna de las mamás están listas, y la novia menos.

Cuando estamos terminando de comer llegamos a la iglesia y ella vuela a buscar a su madre y su mamá, yo me quedo con todos los hombres.

-Ya lo sabe- dice afirmando Damian.

-Como lo va a saber idiota, no me digas que lo sentiste- dice Aballach.

-Deja al muchacho de seguro esta emocionada y se confundió- dice mi padre.

-No lo sabe y no quiero que se lo digan hasta que el sacerdote hable.

NARRA IRENE.

Casi que no llego, mi mamá ya esta casi lista, voy a ponerle los zapatos mientras mi madre la maquilla y mi suegra la peina.

-¿Ya para que vienes?- dice mi amada suegra.

-Deje de ser metida señora que a fuerza de lidia acepte invitarla.

-Mocosa malcriada, no es tu boda es la de tu mamá, asi que quédate callada que asi te ves más bonita.

-Y usted vieja arrugada ni callada ni alegando.

Y asi seguimos por un rato, no la odio ni me odia, pero asi demostramos que podemos estar en el mismo cuarto sin matarnos.

PECADO. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora