X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}

Capítulo 13: Te Necesito

/Raissa/

Era muy tarde y Charles no había regresado, había empezado a preocuparme.
-¿Y si algo malo le pasó?-pregunté.
-¿Y si sólo se está divirtiendo con la chica?, ya sabes- dijo Erik tratando de calmarme.
-Tengo un mal presentimiento- me dirigí a la puerta.
Tome mi abrigo y salí.
-Ahora vuelvo- dije cerrando.

Llevaba veinte minutos caminando sin rumbo, sólo seguía mi instinto.
Era tan tarde que ya no había gente en la calle.
Decidí pasar por un pequeño y cercano parque, y ahí estaba él.
Me acerqué a la banca en la que se encontraba sentado.
Tenía su cabeza entre sus manos y estaba recargado en sus piernas, no podía verlo con claridad.
-Te encontré- dije feliz sentandome a su lado.
El no se movió, ni siquiera hizo un ruido.
-Charles, ¿estas bien?- dije tocando su hombro con delicadeza.
No dijo nada, el silencio se hizo presente, decidí no presionarlo.
Poco a poco comenzó a levantar su rostro.
Pude ver como sus ojos estaban rojos e hinchados y eran un completo mar de lágrimas.
-Charles cariño, ¿qué pasó?
-Ella dijo que yo era un monstruo- dijo con una débil voz.
-Oh, le contaste
-Sí
-Sabes que no lo eres- dije tomando una de sus manos.
Él me miró.
Creí que iba a sonreír pero en vez de eso sólo quitó su mano con brusquedad y se volteó.
-Ya vete Raissa- dijo con un tono frío sin siquiera mirarme.
-¡No!- sabía que me necesitaba. -No me iré sin ti Charles- finalicé.
-Pierdes tu tiempo- dijo sin importancia.
Al menos ya no estaba llorando, era un buen inicio.
Decidí acomodarme y recargarme en su hombro, él tenía sus brazos cruzados, aún no me miraba.
-Te necesito- dije tranquilamente.
Así me quedé varios minutos, él no se movía ni decía nada.
No sabía si darme por vencido o continuar.
Lo único que hizo fue sacar un cigarrillo y comenzar a fumarlo sin siquiera mirarme.
Parecía que estaba pensando profundamente, su mirada lo analizaba todo.
Después de unos minutos terminó .
Charles comenzó a mover sus brazos hasta que con uno me rodeó.
Yo lo imité así que quedamos en un abrazo.
Aún me encontraba recargada en él.
-Yo también te necesito- dijo después de unos segundos y depositó un beso en mi frente.
Así nos quedamos por un muy largo tiempo, parecían horas y ninguno decía algo o se movía, pero estábamos cómodos.
-No me imagino mi vida si no te hubiera conocido- dijo rompiendo el silencio.
-Si no me hubieras arrollado más bien- dije recordando aquel día.
Él soltó una risa.
-Si, pero tu te cruzaste en mi camino- dijo entre risas.
-Hubieras visto tu cara Charles, estabas asustado y sin palabras- dije imitándolo.
-Lo sé, es que nunca había tirado una chica tan linda- dijo y noté aún con la oscuridad de la noche que se había sonrojado.
No dije nada, solo lo miré y sonreí.
Note como él miraba mis labios y pronto comenzo a acercarse lentamente, yo hice lo mismo.
-¡Oh, ahí están!- dijo Erik frente a nosotros, tenía una sonrisa de diversión.
Ambos le lanzamos una mirada asesina.
-Dejen de jugar, ¿Saben que hora es?- preguntó, ambos negamos.
-Son las cuatro y media- dijo haciendo un movimiento con la cabeza.
-No importa- comenté y él rió.
-Vamos amigo, disfruta la noche, ven siéntate- dijo Charles.
Erik nos miró divertido.
-De acuerdo- dijo y se sentó en medio, separándonos a Charles y a mi.
Nosotros sólo reímos.
-¿Y que hacían?, ¿platicaban o sólo se besuqueaban?- preguntó divertido.
-No Erik, tu siempre interrumpes- dijo Charles y luego rió. -Ya es la segunda vez- dijo y se encogió de hombros.
-Ya sabes lo que dicen Charles, la tercera es la vencida- replicó dirigiéndome una mirada.
Yo me sonrojé.

Habían pasado dos horas más, observamos como el sol salía y después de unos minutos decidimos regresar al hotel.
Charles había insistido en irnos ya y así fue, solo recogimos nuestra cosas y fuimos directo al avión que nos esperaba.