Capítulo 24: Cena

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/Raissa/

En la mañana había salido con Raven de compras, nos la pasamos comprando zapatos y otras cosas.
Habían pasado unas horas y de la nada llegó Alex buscándonos algo agotado.
-Hola- dijo con un extraño tono de voz.

El insistió en que quería acompañarnos y así fue.
Seguimos caminando y comprando cosas, nos estábamos divirtiendo mucho con él.
Entramos en una tienda de ropa y Alex insistió en que nos compráramos vestidos, Raven aceptó emocionada y yo decidí también intentarlo.
-Ese está muy bonito- dijo él entregándome uno muy elegante.
-Gracias- dije y me lo probé, se veía increíble.
Después de unos minutos Raven y yo salimos y pagamos lo que nos había gustado y nos íbamos a llevar.
Alex dijo que quería caminar y lo seguimos hasta que nos perdimos, no sabíamos como volver.
-Pregúntale a alguien- dije.
-Aquí no hay nadie- contestó él y tenía razón, habíamos entrado en una calle muy solitaria.
Llevábamos mucho tiempo caminando sin rumbo, al parecer la única preocupada era yo.
-Vamos a morir- dije dejando de caminar.
-Eres muy exagerada- expresó Raven riendo y jalándone del brazo para que siguiera caminando.
-Tengo hambre- espeté como una niña pequeña.
-¡Mira, conozco ese lugar!-dijo el chico señalando al frente.
Y tenía razón, habíamos llegado a donde horas atrás estábamos comprando.
-Genial- sonreí.
Alex dijo que ya teníamos que volver a la Mansión, yo acepté de inmediato.

Llegamos casi al atardecer y cuando bajé Erik nos esperaba algo molesto.
-¿Se perdieron?- preguntó serio.
-Si- dije y camine con mis cosas directo a mi habitación.
A los minutos entró Erik.
-Charles dijo que iríamos a cenar, arréglate lo más rápido que puedas y usa algo elegante- dijo rápidamente y se retiró dejándome confundida.
-¿Qué les pasa a todos hoy?- pensé mientras sacaba el vestido que acababa de comprar y me metía rápidamente a la ducha.
Lo bueno es que yo no me tardaba tanto como algunas chicas así que cuando estuve lista en pocos minutos, terminé de arreglarme maquillándome ligeramente y recogiendo mi cabello.
Estaba lista, salí y baje las escaleras pero no había nadie, es más estaba oscuro ya.

-Por aquí- dijo Erik asustandome saliendo de la sombra.
Me indicó que lo siguiera hasta el jardín, afuera no había nada ni nadie.

El clima era perfecto, no hacía ni frío no calor, simplemente perfecto.
-No preguntes, sólo camina en esa dirección- dijo señalandome un espacio ligeramente oscuro entre dos grandes árboles.
-¿Qué tan lejos?- pregunté asustada.
-Tu lo sabrás- respondió sonriendo y regresó adentro.
Caminé lentamente hasta llegar a los árboles que había dicho mi amigo, no había nada así que supuse que tenía que seguir caminando.
Iba más o menos a ciegas pues ya se veía a lo lejos el atardecer, me detuve al ver a lo lejos algo iluminado. Decidí dirigirme hacia allá.
Cuando estuve cerca me dí cuenta de que era un camino hecho con velas encendidas.Yo caminé con nerviosismo a través de él mirándolas.
Levanté la vista y al final del camino estaba Charles muy elegante sonriendo. A su lado había una mesa con un par de sillas, una frente a la otra y lo rodeaban cientos de flores.
Era hermoso.
El extendió su mano hacia mi, yo la tomé con una hermosa sonrisa.
-¿Qué es todo esto?- pregunté acercandome.
-Shhh- fue lo único que dijo causando que yo riera.
Se acercó lentamente y me besó suave y despacio.
La dulzura y amabilidad de sus labios me tomaron por sorpresa.
Cuando se separó sólo me miró con una sonrisa.
-Creí que los besos eran al final de las citas- comenté divertida y el rió.
Me llevó hasta una de las sillas y él me ayudó a sentarme acercándomela.
-Gracias
-De nada- respondió con una sonrisa sentándose frente a mi. -¿Tienes hambre?- preguntó preocupado.
-Sí- respondí al instante pues era la verdad, estaba hambrienta después de haber estado perdida casi todo el día.
Charles hizo sonar una campana y aparecieron Sean, Hank y Alex vestidos como meseros con unas charolas.
Se veían graciosos, todos serios y así vestidos, tuve que aguantar todo tipo de comentarios que se me ocurrían. No quería matar el momento.

Sean se encargó de colocar un par de platos, cubiertos y dos copas.
-¿Quieren vino?- preguntó Alex sosteniendo una botella.
Ambos dijimos que si así que el chico nos sirvió y cuando terminó la dejó al centro.
Hank fue el último en acercarse a nosotros sirviendo algo en nuestros platos.
Charles no dejaba de mirarme con una sonrisa, se veia tan guapo y arreglado, parecía estar muy seguro y para nada nervioso como yo que tenía miedo de arruinar todo.
Ambos comenzamos a comer entre una tranquila plática sin sentido.

X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora