Capítulo 25: Romántico

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/Charles/

Me encontraba muy nervioso, probablemente ella ya se había dado cuenta.
Intentaba calmarme contando uno que otro chiste absurdo con tal de hacerla reír mientras comíamos.
Apenas íbamos en el primer plato, Hank había preparado una especie de crema o algo así.
Esperaba que me fuera bien pues aún recordaba lo que había pasado la última vez que estuve con una chica en una cena a punto de decirle algo importante. No quería pasar por eso de nuevo.

Nos encontrabamos mirando lo último del atardecer que se apreciaba a lo lejos mientras Alex y Sean cambiaban los platos y Hank servía lo segundo. Terminaron rápidamente y se retiraron dejándonos a solas.

-Me gusta- dijo ella probando su pasta.
-A mi me gustas tú -espeté haciendo que se sonrojara.
Se formó un silencio incómodo.
Oh no, ¿Que me pasa? Yo hablo hasta por los codos, ¿por qué justo ahora no puedo decir nada?, ¡no se me ocurre nada!
-Yo...- hablo ella, o eso intentó. -También me gustas Charles- confesó.
Sonreí como nunca, básicamente tenía luz verde.
Ambos seguimos comiendo en silencio, entre una que otra mirada y varias sonrisas.

No pasó mucho tiempo y comencé a soltarme un poquito más, mi nerviosismo había disminuido ligeramente.
Teníamos una plática sobre como ella se había perdido en la tarde, yo reía al oír la anécdota, pronto cambiamos el tema y ella preguntó de qué se trataba todo aquello en lo que tanto tiempo pasaba últimamente en mi oficina.
-Son puros aburridos papeles, sobre finanzas y esas cosas- dije dándole un trago a mi copa de vino.
Ella me miraba atenta.
-Tenía que arreglarlo, últimamente he gastado mucho dinero con todo eso de los constantes viajes y debía ver la forma de recuperarlo, con negocios claro- continúe explicando.
-Oh, lamentó haber gastado tu dinero- dijo bajando la mirada.
-No es tu culpa, en absoluto, aparte con la fortuna que tengo fue mínima la pérdida, nada de que preocuparse- dije de inmediato con una pequeña sonrisa.
-Estabas preocupado
La miré con ternura.
-Gastaría todo mi dinero en tí, cada centavo, incluso perdería mi pequeño hogar por tí si fuera necesario- dije y logré sacar una ligera sonrisa de su bello rostro.
-¿Hogar?, ¿Hablas del palacio de Charles?, ¿De tu gran castillo?- preguntó con un toque de humor causando que yo riera.
-Si cariño, de ese pequeño hogar hablo
Ambos reímos.
Los chicos se acercaron por tercera vez a hacer todo eso de quitar y poner cosas de la mesa.
El plato fuerte estaba ahí, sin problema lo comimos entre otra ligera plática.
Mi nerviosismo había desaparecido por completo.
Noté que había bebido el vino suficiente como adquirir algo de valor.
Justo lo que necesitaba.
Pero si seguía haciéndolo terminaría ebrio haciendo alguna estupidez.

Todo había marchado de maravilla, nos encontrabamos comiendo el postre.
No tenía prisa, podría quedarme ahí para siempre.
Ambos habíamos terminado y nos mantuvimos sentados mientras los chicos recogían el resto de las cosas.
-¿Ahora que hago?- pregunté en la mente de Erik quien se encontraba no muy lejos según yo.
-Dale lo que compraste- respondió.
-¿Y como?, ¿se lo aviento y me hecho a correr o que?- pregunté esta vez con sarcasmo.
-Arréglatelas tú, dijiste que si eras romántico
¡Diablos!
-Pídele que sea tu novia, es un buen momento.....claro si tú estas listo- pensó esta vez divertido.
Dejé de leer su mente para enfocarme a ella.
Guardé con discreción la pequeña caja con el collar en una de las bolsas de mi pantalón.
-¿Quieres caminar?- pregunté levantándome y ofreciéndole una de mis manos para ayudarla, ella accedió y comenzamos a caminar.
Voy a improvisar.

X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora