Capítulo 30: Largo día

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/Hank/

Había pasado cerca de un mes. Las clases iban de maravilla.
Buscaba a Raissa, le mostraría algo que había terminado de hacer y le había prometido que seria la primera en verlo.
La vi caminando con una jovencita.
-Hey Raissa- llamé su atención.
Ambas me miraron y la chica se despidió para luego retirarse.
-¿Que pasa Hank?- mi amiga se acercó curiosa.
-Quiero mostrarte algo- tomé su mano y la jalé hasta el laboratorio.
Al entrar la solté y me acerqué a una gran caja que tenía al fondo.
Saque lo que parecía una pulsera y se la entregué.
-¿Es una pulsera de la amistad?- preguntó mirándola entre asombrada y confundía.
Yo reí.
-Algo así- me encogí de hombros y le indiqué que se la pusiera.
Cuando estuvo lista le dije que pulsara un botón rojo que tenía justo al frente.
Hizo lo que le dije y automáticamente salió una tabla de la caja.
-¿Recuerdas mi prototipo?- pregunté.
-Sí, tu tabla voladora- respondió acercandose a ella.
-Bueno pues ya está terminada. La diseñé para que siempre regrese a su dueño o a quien use la pulsera- dije señalando su muñeca. -Vamos sube- la alenté a hacerlo.
Me miró no muy segura.
-Ni siquiera sé como funciona-expresó un poco asustada.
-Es fácil. Es inteligente y se adaptará adaptará tus indicaciones
-¿Enserio?
-Si, pruébalo
Ella me dedicó una mirada de confianza y se acercó al vehículo que flotaba frente a nosotros.
Sin dudarlo se subió.
-Bien, ahora prueba dar vuelta a la izquierda
-No sé como
-Sólo piénsalo
Ella se concentró y poco a poco lo logró.
-¿Cómo es posible?- preguntó entusiasmada.
-Hace lo que piensas, intentalo
Pronto comenzó a manejarlo mejor, iba de un lado al otro, giraba y se alzaba por los aires.
Finalmente llegó a mi lado y me miro impresionada.
-Wow, es como si leyera mi mente- dijo finalmente.
-Sí, es que a traves de la pulsera se conecta a tu sistema nervioso y recibe las indicaciones por medio de impulsos al cerebro- expliqué.
Ella se veia muy feliz.
-¿Y para que la usarás?-preguntó entregándomela.
-Esa es la mejor parte- dije mirándola divertido. -Es para tí- finalicé y ella abrió los ojos fe golpe.
-¿Esta bromeando?
-No
-¡Gracias!, Hank te quiero, ¡gracias de nuevo!- exclamó emocionada y rápidamente me abrazó.
Yo la imité.
-¿Qué hacen?- pregunto alguien en la puerta.
Era Raven y se veía molesta.
Ambos nos separamos algo incómodos.
-Eh...- intenté hablar pero mejor desvíe mi mirada.
-Charles te busca- dijo bruscamente señalando a Raissa.
Se fue sin decir más.
Ella me miro disculpándose. Ya se iba.
-Toma, será mejor si prácticas. Si necesitas algo avísame- le dije entregándole el artefacto.
Ella me agradeció y desapareció.
Yo me quedé sólo.

/Charles/

Estaba muy cansado. Durante todo el día había tenido que cuidar a unos chicos que sólo peleaban. Intenté convencerlos de que dejarán de hacerlo pero no lo logré y como me harté mejor entré en sus mentes y finalmente se fueron.
Lo único que quería por ahora era ver a mi novia.
Vi a Raven pasar y le pedí de favor que le dijera que viniera.
Pasaron diez minutos y ella llegó.
-Hola princesa- dije cuando entro.
-Hola guapo- sonrió y se acercó.
Traía cargando un raro artefacto.
-¿Qué es eso?- pregunté extrañado.
-No estoy muy segura pero me lo dio Hank- respondió y lo dejo a un lado.
Decidí dejarlo para otra ocasión.
Estaba aún sentado en mi silla, del otro lado del escritorio.
Rassy se acercó lentamente y cuando llego frente a mi se sentó en mis piernas y comenzó a acariciar mi cabello.
La abracé por la cintura y la contemplé encantado.
Después de un largo día la necesitaba.

X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora