Capítulo 34: Atrevido

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/Raissa/

Al fin era el último día y para celebrar haríamos una fogata todos juntos.
Habíamos perdido pero fue divertido a fin de cuentas.
Todos platicaban emocionados sus anécdotas.

La bolsa de malvaviscos pasó por mis manos en ese momento.
Tome un par y los coloque para meterlos a la fogata. Cuando estuvieron listos comí uno y le di a mi novio el otro. Él lo aceptó gustoso.
Hacía un poco de frío y algunos ya se estaban retirando a dormir.
-¿Quieres caminar?- preguntó Charles levantándose y tendiéndome una mano.
Yo la acepté y ambos comenzamos a alejarnos un poco del grupo.

Caminamos en silencio por unos diez minutos.
-Antes solía venir muy seguido- dijo señalando una casa de madera frente a nosotros.
-Wow
-Nadie sabe que está aquí, sólo yo- dijo con un tono pervertido.
Yo reí nerviosa ante su insinuación.
-Entonces podríamos venir más seguido, para estar solos
-Me parece buena idea
Tomó mi mano y me llevó adentro.
Cuando encendió la luz estaba algo impresionada pues era hermosa.
Tenía dos habitaciones, un baño, una sala y una pequeña cocina.

Pasamos un par de horas divirtiéndonos un poco y después volvimos al campamento.
El único que aún estaba despierto era Alex quien nos veía llegar con una sonrisa.
-¿Se perdieron?- preguntó divertido.
-Algo asi- contesté mirándolo de la misma manera.
El asintió no muy convencido y nosotros entramos a nuestra tienda.

La mañana siguiente estábamos recogiendo todas nuestras cosas pues ya era hora de volver a casa.
El transcurso de regreso fue poco silencioso pero de igual manera me quedé dormida en los brazos de Charles.

-Amor, ya llegamos- sentí que alguien me movía.
Abrí poco a poco los ojos y lo vi con una enorme sonrisa.

Todos bajaban sus cosa y se dirigían a sus habitaciones.
Tendrían el resto del día libre.

Poco a poco volvimos a la misma rutina de siempre.
Estábamos ocupados con los chicos y casi no nos veíamos Charles y yo.

La semana siguiente algunos de los padres de los chicos habían venido para asegurarse de que todo estuviera bien.
Decidimos darles algo así como una demostración de lo que habían aprendido.
Ellos demostraban el control que ahora ejercían en sus mutaciones.
Yo como de costumbre no hacía nada y me paseaba por ahí reflejando los poderes de los demás sin que lo notaran. El único que lo sabía era Erik con quien me divertía siempre.
El poder que más disfrutaba reflejar era el de Charles. Me gustaba ir de un lado a otro leyendo mentes.
Él ni lo notaba pues Hank me había enseñado a guardar por más tiempo un par de mutaciones y usarlas cuando yo quisiera.

Esa misma noche en la cena Charles se veía un poco pensativo.
Decidí leer su mente y me encontré con que pensaba en mí pero de una forma ¿atrevida?
Escupí el agua al ver lo que imaginaba.
Él me vio confundido así como el resto.
-¿Eso quieres?- pregunté mirandolo.
El se sonrojó y bajó la mirada.
Yo no pude hacer más que sonreír.

X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora