Capítulo 1

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Era la primera vez que Stiles visitaba Nueva York.

Si hubiera sido otro el motivo por el que estaba en la Gran Manzana, se habría sentido mucho peor al reconocerlo. Porque, la verdad, era bastante lamentable que a sus 17 años aún no hubiera puesto los pies en la ciudad más conocida del país. Y menos cuando dicha ciudad era también el lugar donde nació su madre.

Por ello, no pudo evitar sentir una punzada de dolor cuando bajó del avión y sintió por primera vez el viento neoyorquino.

Desde que tenía memoria, recordaba a sus padres hablar de la opción de visitar la ciudad. Una ciudad que su madre no había vuelto a pisar desde poco antes de que Stiles naciera, pero que siempre echó de menos...

Sin embargo, siempre surgía algo que les impedía hacer aquel viaje familiar. Primero el hecho de que Stiles era muy pequeño, con lo que no merecía la pena hacer un viaje tan largo si apenas se iba a enterar de nada. Luego, cuando ya era un poco mayor, el trabajo de su padre, recién nombrado Sheriff, hizo que la palabra vacaciones desapareciera de su vocabulario. Y, por último, la enfermedad y posterior muerte de su madre, terminó de llevar al olvido la posibilidad de conocer el hogar de una persona que se había marchado para siempre.

Así que ya había dado por hecho que jamás visitaría la ciudad de los rascacielos. Sobre todo cuando, cada vez que la ciudad aparecía en alguna película o serie en la televisión (lo que ocurría el 99,9% de las veces), a su padre se le oscurecía un poco la mirada, y a continuación llenaba de nuevo el vaso de whisky.

Pero se recordó que aquella no era una visita de placer.

Y, la verdad, dudaba mucho que fuera a disfrutar de la ciudad, con lo que ni siquiera podría darse la alternativa de conocer los lugares más turísticos de la ciudad que nunca duerme, y pensar en cómo habría sido si su madre hubiera estado allí con él.

Porque lo cierto era que no había ido a Nueva York porque era Nueva York.

Había ido a Nueva York, porque era el lugar donde estaba Derek Hale.

Le encantaría decir que el motivo de su viaje era de placer. Que simplemente venía a visitar a un viejo... o nuevo amigo. Porque, la verdad, aún tenía serias dudas de que siguieran siendo amigos o no, dándose incluso la posibilidad de que llegaran a ser "más que amigos".

- Por Dios, Stiles, no vayas tan rápido. Aún no has bajado del avión, y ya estás pensando en la posibilidad de enrollarte con él.

Como era costumbre en él, el filtro que iba del cerebro a su boca brilló por su ausencia, con lo que el chico habló en voz alta... En voz muy alta.

Y en consecuencia, como era costumbre que le pasara, la mujer que había a su lado y que estaba esperando a que llegara su maleta, se alejó de él de manera muy poco sutil.

Pero Stiles no se dignó en sonrojarse esta vez. No había tiempo ni ganas para ello.

Cogió la maleta de la cinta transportadora, y se dirigió a la salida con paso apresurado. Aún tenía muchas cosas que hacer: llamar a su padre diciéndole que había llegado bien, llegar al hotel y darse una ducha tras un largo vuelo en turista, y buscar a Derek.

Pero sólo de pensar en recorrer las calles de una de las ciudades más grandes del mundo, buscando a alguien que no quería ser encontrado, ya se sentía agotado.

**********

La conversación con su padre se alargó un poco más de lo que esperaba.

Aunque mentiría si dijera que lo que más le sorprendió no fue la duración de la conversación, sino el hecho de que fuera una conversación en vez de una discusión.

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