Media hora más tarde, las puertas dobles se abrieron, dejando escapar un tenue murmullo del interior.
El primero en salir fue el acusado, escoltado por cuatro hombres de casi dos metros de altura, pese a estar esposado de pies y manos. Pero toda precaución era poca para trasladar a un hombre que, todo parecía indicar, estaba disfrutando de sus últimas horas de vida.
- Enhorabuena, Hale. Ya puedes quedarte con la putita para ti solo – saludó el reo con una mueca despectiva, luchando por acercarse más al hombre.
Derek no se molestó en responder.
Sabía que eso era lo que Jack quería: incitarle para que atacara y, con un poco de suerte, utilizarlo como excusa para retrasar la condena. Y precisamente por ello, Derek permaneció tan estoico como siempre. Ni siquiera se dignó a mirarle a la cara y reconocer su presencia.
No merecía la pena perder el tiempo con él. Menos cuando, por el deje de miedo que se ocultaba en sus ojos, sabía que su final era inminente.
Los gritos de Jack, insultándole a él, a Stiles y a toda su familia muerta, no cesaron hasta que las puertas del ascensor se cerraron, alejándole de allí. Y casi al mismo tiempo, salieron el resto de presentes de la sala de reuniones.
En total eran diez personas encabezadas por el Alfa.
David se acercó a Derek con paso firme, despidiéndose del resto del grupo que optó por usar las escaleras.
- Y bien – dijo Derek a modo de saludo.
- Será ejecutado en la próxima luna llena.
Derek asintió, satisfecho.
Sabía que no debía alegrarse por la muerte de un compañero de manada. Pero la actuación del lobo había sido deplorable y merecía un castigo.
Aunque lo cierto era que, en el fondo, lo que más lamentaba era que no pudiera ser él el verdugo. Le encantaría arrancarle la cabeza con sus manos desnudas, y dejar que su sangre caliente manchara su piel.
Afortunadamente, mucho había cambiado desde los viejos tiempos en que la ejecución de un hombre lobo, era por medio del desmembramiento. Ahora se optaba por una muerte rápida e indolora a través de una inyección de acónito, justo después de haberle sedado.
- ¿Cómo está Stiles?
La expresión del Alfa se torció un poco ante la mención del chico. Pero, o Derek no lo notó, o no le dio ninguna importancia.
- Bien – le aseguró al final, un poco más relajado. Sobre todo al recordar que nada de todo aquello importaría mañana – Ha explicado todo al más mínimo detalle, y no ha habido duda de la culpabilidad de Jack.
A Derek se le escapó una sonrisa triste al imaginarse a Stiles, conocido por su capacidad de detallarlo todo, relatando lo que Jack le hizo. Y pensando que, después de las veces que le había criticado su incapacidad de estar callado, por una vez iba a servir para algo bueno.
- Es una de sus cualidades – sonrió con un deje de melancolía.
David estuvo tentado de decir algo, pero en ese momento Stiles salió por la puerta. Había pedido que le dejaran un par de minutos a solas para terminar de recuperarse.
Y cuando sus miradas se cruzaron, a cada lado de la sala de espera, el Alfa inclinó la cabeza a modo de saludo, justo antes de darle una palmada a Derek en el brazo.
- Te veo luego – se despidió.
Derek no respondió.
Nadie esperaba que lo hiciera.
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Run to You
FanfictionTras los nefastos acontecimientos que han tenido lugar con el Darach y la manada de Alphas, los hermanos Hale deciden dejar Beacon Hills y volver a Nueva York; la misma ciudad donde Derek y Laura se refugiaron tras la muerte de toda su familia a man...