La famosa recepción tendría lugar en la terraza del edificio, a partir de las ocho de la tarde. Por ello, pese a estar en pleno julio, Stiles optó por llevarse una chaqueta. Él, a diferencia del resto de invitados, no contaba con un sistema de calefacción propio, con lo que el fresco de la noche podría hacer que sus humanos huesos lo notaran.
Antes de cruzar las puertas que accedían en la terraza, inspeccionó su aspecto una última vez.
La chaqueta gris era la única que usaba más a menudo. Fue un regalo que le hizo su padre cuando entró en el instituto y, aunque comparado con el resto de su vestuario, compuesto por camisetas de superhérores y pantalones vaqueros, era bastante formal; le gustaba verlo como un toque de distinción.
Bajo ella llevaba una simple camiseta negra de pico, y unos pantalones vaqueros grises que tuvo que comprarse en la tienda que había en frente del hotel.
David le había dicho que no era nada oficial, con lo que no hacía falta ir de etiqueta. Y, sin embargo, Stiles se negaba a ir como una piltrafa. Más que nada porque pretendía aprovechar muy bien la ocasión que le habían brindado, para intentar ganar unos cuantos puntos con Derek.
Y sí. Sabía que era absurdo pensarlo. Que lo que había hecho con Derek, acostarse y disfrutar del mejor sexo del mundo, sería lo máximo que tendría con él. Se lo dejó más que claro antes de abalanzarse sobre él y besarle como si no hubiera mañana...
Bueno, eso no era del todo cierto. Porque Derek realmente nunca llegó a decirle por qué estaba haciendo aquello. Y qué era lo que realmente sentía por él.
Pero Stiles no era estúpido. Y el comportamiento del hombre toda la noche, donde básicamente se limitó a llevarle a un orgasmo detrás de otro, como si estuviera probando su resistencia; dejó más que claro que el sexo era el único motivo para él.
Luego estaba la conversación que tuvieron después, claro.
Algo que jamás habría creído posible que ocurriera, y aún no sabía muy bien cómo catalogar.
Y ese era otro de los principales motivos por los que había ido allí: Para poder hablar con Derek con calma, e intentar de una vez por todas comprender qué era lo que pasaba por su cabeza. O, por lo menos, saber qué era lo que pasaba por ella cuando Stiles estaba delante.
Claro que, para ello, antes tenía que lidiar con otro problema.
Un problema que todavía no entendía bien cómo había surgido. Porque se suponía que Cora y él estaban bien. Que estaban incluso más que bien, habiéndose convertido casi en los mejores amigos en cuestión de días... literalmente.
Pero Stiles suponía que era cuestión de genes. Y que como buena Hale que era, había veces que sacaba su lado animal, y se dedicaba a insultar a la persona con la que media hora antes había pasado un buen rato... Exactamente igual a como le ocurría a su querido hermano.
Escaneó por entre los invitados que ya habían empezado a llegar. No conocía a absolutamente a nadie, y pronto volvió a convertirse en el centro de todas las miradas. Pero esta vez, Stiles intuía que no era sólo por el hecho de ser el único humano presente, sino también por su atuendo.
Porque, quién lo iba a decir, a los hombres lobo les gustaba ir de negro. Y aunque efectivamente nadie vestía con esmoquin ni corbata, el color elegido siempre era el negro... Motivo por el cual, sus elegantes pantalones y chaqueta grises llamaban la atención como un fluorescente en mitad de la noche.
En serio. ¿Es que no podía hacer nada bien?
El chico, sin embargo, consiguió reponerse del primer batacazo de la noche de manera bastante rápida. Principalmente porque ya estaba acostumbrado a ello, pero sobre todo porque acababa de encontrar un rostro familiar.
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Run to You
FanfictionTras los nefastos acontecimientos que han tenido lugar con el Darach y la manada de Alphas, los hermanos Hale deciden dejar Beacon Hills y volver a Nueva York; la misma ciudad donde Derek y Laura se refugiaron tras la muerte de toda su familia a man...