Los gritos se oían desde el interior de la suite presidencial, situada en la última planta del edificio.
Aquella era la residencia oficial de David Freid, uno de los Alfas de la ciudad de Nueva York, y gestor del refugio que daba cobijo a todo hombre lobo que lo necesitara. Y pese a que el ideal del Alfa sería alojarse en cualquier otra habitación, para no destacar por encima de los demás, sabía que no podía ser. Nunca era bueno que un Alfa se mostrara al mismo nivel que el resto de su manada, pues de ese modo los riesgos de revolución eran mucho mayores.
Pero sobre todo, aquella tenía que ser su residencia porque había ocasiones en que sus obligaciones requerían que tuviera una habitación más grande, con salón, para atender en condiciones a sus visitas.
Como la que ahora mismo estaba teniendo lugar.
Lástima que no fuera una visita de cortesía.
- ¡Por qué tiene que estar presente!
- Estuvo allí. Es el único que puede acusarle.
- Nosotros también estuvimos.
David soltó un suspiro de cansancio. El enésimo desde que Derek hubiera llegado, hacía casi una hora.
- Yo no puedo interferir. Lo sabes. Si he de juzgarle, no puedo actuar de testigo.
- Y qué hay de mí.
- No me hagas explicártelo – susurró con pesar.
- El qué.
- Es un humano.
- Y desde cuándo...
- Y te acostaste con él – le interrumpió el Alfa - Estás emocionalmente implicado con el testigo. No puedes declarar a favor de él.
- Eso son estupideces.
- Son las reglas – colocó una mano sobre el hombro de Derek, y medio sonrió cuando el Beta la dejó estar – Sólo tendrá que contar lo que ocurrió. No serán más de cinco minutos. Y con el brazo roto estará más que claro que no está mintiendo.
Derek apretó la mandíbula.
- No me gusta.
- Mark y Deborah también testificarán. Estuvieron presentes cuando le insultó en la recepción. Es imposible que Jack se libre – apretó un poco el hombro, en gesto de apoyo - No te preocupes.
- No es eso – soltó aire con rabia - Sé que será declarado culpable. Pero no quiero que Stiles tenga que estar presente. No quiero que vuelva a verle.
David asintió al tiempo que apartaba la mano y se separaba medio metro de él. Lo hizo como si fuera a coger uno de los miles de papeles que había en la mesa del centro del salón. Pero cuando estuvo a punto de llegar allí, dio media vuelta.
- Pensé que no significaba nada para ti – comentó al final.
- Cómo.
- Dijiste que sólo fue una noche de sexo.
- Por qué hablas ahora de eso – preguntó Derek con los ojos entrecerrados. Como si intentara averiguar la verdadera intención de las palabras del Alfa.
- Porque es evidente que sientes algo por él.
- No digas tonterías.
- ¿Lo son? – mostró una sonrisa torcida - Te conozco Derek. Mucho mejor de lo que crees.
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Run to You
FanfictionTras los nefastos acontecimientos que han tenido lugar con el Darach y la manada de Alphas, los hermanos Hale deciden dejar Beacon Hills y volver a Nueva York; la misma ciudad donde Derek y Laura se refugiaron tras la muerte de toda su familia a man...