Capítulo 17

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Volvieron a estar a solas.

En la habitación de hotel donde habían estado a punto de violar a Stiles.

El chico se habría sentido mucho más incómodo, sino fuera porque seguía en esa fantástica nube de atontamiento a la que la curación de Derek le había llevado.

- Creo que me has drogado – musitó Stiles mientras Derek cerraba la puerta, tras haber despedido a Mizuki.

Y justo en ese momento, un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

Y supo perfectamente a qué se debía.

Hacía menos de una hora había oído ese mismo ruido. Justo antes de que Jack le obligara a abrir la boca.

- Puedo dejarla abierta – comentó Derek. No le había pasado desapercibido el escalofrío del adolescente.

Stiles miró al hombre con ojos vidriosos. Más a causa del embotamiento que otra cosa.

- Da igual – murmuró, apenas sin separar los labios – Si quisieras, podrías hacerme lo que te diera la gana... No es que pueda escapar.

Derek recorrió la distancia hasta la cama, y se sentó en el borde de la misma. Contempló a Stiles en silencio unos instantes.

- Crees que te haría daño – preguntó con voz grave.

- No lo sé – respondió muy lentamente. Como si fuera un radiocaset al que se le estaban apagando las pilas, y todo sonaba a menos revoluciones de las normales – Ni si quiera sé lo que ha pasado – se mojó los labios a cámara lenta, tratando de aliviar lo pastosa que tenía la boca – Sólo que un tío al que hace tres días no conocía, ha intentado violarme y me ha roto el brazo.

- Siento que pasara esto.

- Por qué... No ha sido culpa tuya.

- Debí vigilarle más. Llevaba tiempo comportándose de un modo especialmente agresivo.

- Porque no le gusta que seas el segundo al mando de la manada.

El Beta tardó unos segundos en responder, apretando los labios.

- Supongo.

- No te llega ni a la suela de los zapatos – murmuró con una media sonrisa – Es normal que te tenga envidia.

- Tal vez. Pero no es justo que tú pagues por ello.

Stiles se quedó mirando al hombre lobo durante unos segundos, luchando por mantener los ojos abiertos.

- Será mejor que te metas en la cama – comentó Derek entonces, poniéndose en pie para abrir un lado de la colcha – Te vendrá bien descansar.

El chico sólo pudo obedecer. O, mejor dicho, sólo pudo dejar que Derek le moviera a su voluntad, hasta que estuvo dentro de la cama. Le colocó boca arriba, y medio apoyado en el cabecero para que el brazo estuviera en una posición cómoda.

Una vez le tuvo como quería, fue al baño y volvió al segundo con un vaso lleno de agua. Sin decir nada, acercó el vaso a los labios de Stiles.

- Bebe – le ordenó, colocando la otra mano tras la nuca del chico, ayudándole a que apoyara la cabeza – Te quitará el mal sabor del vomitado.

Stiles bebió sin oponer resistencia, quedándose un par de segundos más de la cuenta apoyado en la mano del hombre.

- Duerme un poco – susurró Derek entonces, colocando el vaso en la mesilla, y ayudándole a tumbarse un poco mejor.

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