El brujo de fuego vital de color anaranjado vio cómo sus hermanos empezaban a morir de hambre. Las cosechas se habían perdido todas, lo único que quedaba a su alrededor era un seco naranjo. Quiso intentarlo, con lágrimas en los ojos vertió todo su fuego vital en ese árbol. Ya sin energías y a punto de morir, antes de cerrar sus ojos para siempre vio que el árbol había florecido y estaba cargado de frutos. Sus hermanos estaban salvados.
1er Tratado: Los Orígenes.
Desconocido.
La tía Dolly golpeó suavemente la puerta, pero no hubo ninguna contestación desde el otro lado. Entonces se acercó a la madera y habló con un tono amable.
—Gabriel, ¿estás listo?
Gabe, dentro de la habitación esperaba sentado en su cama, mirando a la nada. Hacía horas que estaba listo, apenas había podido dormir esa noche. Ese día iba a visitar y conocer por primera vez una sede de clan. Aunque había estado en la Fortaleza, había sido una visita breve y ni siquiera había podido ver la vida normal de los brujos guerreros. Hoy comenzaba la segunda etapa de su educación como guardián de los secretos. Tras conocer las bases de la sociedad bruja y de los brujos en sí mismos, iba a ir visitando uno por uno las sedes de clanes para poder ver a cada tipo de brujo en su propia esencia, sin cortes ni preparaciones. Los brujos tal y como eran. Ese día, iba a visitar la sede de los brujos elementales, llamada el Hogar.
Hacía una semana que Gabe se había presentado por segunda vez en su vida en la sala del Consejo, delante de todos los líderes de clanes, para hacer un examen sobre sus conocimientos sobre los brujos. Y lo había aprobado con nota. Los líderes de clan habían felicitado a la tía Dolly y a Gabe por el buen trabajo tanto del alumno como de la maestra, bueno, a excepción de Lady Miranda, que les había dirigido un seco gruñido y se había marchado sin añadir nada más. Tras ese examen, el Consejo había aceptado que la educación del joven aprendiz de guardián de los secretos continuara adelante.
—¿Gabriel? —volvió a preguntar la tía Dolly. La voz de la bruja sacó al muchacho de su ensimismamiento. Se levantó de la cama y salió de la habitación sólo con lo puesto. Le habían dicho que no iba a necesitar nada más.
Se sorprendió al ver fuera de la habitación sólo a la tía Dolly con Galileo en su hombro. El humano no había olvidado para nada la conversación con Lord Ayrton hacía más de una semana en la cual Liz había aceptado el trabajo de ser su guardaespaldas. Desde el día del examen había temido tener la presencia constante de la chica a su lado. Pero apenas habían cruzado palabra desde el día en que aceptó el trabajo. Así que, Gabe deseaba interiormente que la chica hubiera vuelto a su ser y lo hubiese rechazado. Dejando de lado sus pensamientos, le dirigió una sonrisa a la tía Dolly y ambos echaron a andar hacia la habitación del portal.
—¿Nervioso? —le preguntó la bruja.
—Bastante —respondió sinceramente Gabe—. No sé cómo van a ser todos.
—No tienes que preocuparte por nada, muchacho —dijo Galileo—. Los brujos podrán hacer muchas cosas, pero de momento no se han comido a ningún humano.
—Además —continuó la tía Dolly—, el clan de los brujos elementales es un muy buen comienzo. Todos son muy amables. Y mi cuñada y mi otra sobrina son brujas elementales, seguro que estarán por allí para ayudarte en cualquier cosa.
Ese era otro motivo por el que Gabe estaba nervioso. En todo el tiempo que llevaba viviendo con las Lionheart, apenas les había oído mencionar al resto de su familia, y menos había oído hablar de los padres de las hermanas. Aquello olía demasiado a gato encerrado, y esperaba poder obtener alguna respuesta por parte de esas dos nuevas Lionheart que iba a conocer.
ESTÁS LEYENDO
Las Dos Brujas: Hermanas
Fantasy¿Qué pasaría si descubrieras un secreto oculto durante milenios?, que de repente tuvieras que vivir con unos completos desconocidos los cuales ni siquiera son humanos (aunque lo parezcan), que toda tu vida cambiara por estar en el sitio equivocado e...