Capítulo 24

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Amistad, cordialidad y respeto. Esos son los pilares que sostienen nuestra sociedad. Los que nos hacen avanzar hacia delante, los que nos hacen corregir los errores del pasado.

4º Tratado: Filosofía bruja

Abelard Sheidemann, brujo de la sabiduría.




El primero en moverse fue el Capitán Johan, bajo la espada hacia un lado de su cuerpo, dejándola inclinada con la punta casi rozando el suelo, y se lanzó directamente hacia Lord Ayrton. Su lobo echó a correr por detrás de él, con un aullido que parecía invocar a todos los espíritus de la guerra.

Lord Ayrton permaneció quieto, como si no hubiera escuchado la señal de inicio, y su compañero también se quedó quieto a excepción de la punta de su cola, que se movía de un lado a otro con espasmos rápidos. Entonces, cuando le pareció que el capitán Johan había acordado la distancia lo suficiente, movió ambos brazos al unísono, bajando las pistolas hasta apuntar a su contrincante, y disparó dos veces consecutivas.

Para sorpresa de Gabe, que esperaba ver el estallido de la pólvora y el proyectil salir volando hacia su destino, lo que salió no fue una bala, sino una pequeña cantidad de energía, disparada como si fuera una bala, en dirección hacia Johan.

-Sorprendido, ¿verdad? -le dijo Liz- No podías esperar que las pistolas que utiliza un brujo funcionasen como las pistolas humanas. Lord Ayrton está conectado energéticamente con las pistolas y así puede disparar fuego vital: la cantidad e intensidad que él quiera.

El capitán Johan esquivó ambos disparos, pero Lord Ayrton sabía que iba a fallar, porque lo siguiente que vio el capitán fue a Lyon abalanzándose sobre él. Pero el brujo no era el objetivo de la pantera negra. Lyon saltó por encima del capitán Johan y directamente cayó sobre su lobo, separándole de su dueño.

-Buen movimiento de nuestro general -dijo Danniel-. Johan ha perdido por completo el apoyo de su lobo.

-Pero así él también ha perdido el apoyo de Lyon -respondió Allan.

-A veces hay que arriesgar para ganar -dijo Liz, completamente ofuscada con el combate.

A pesar de las distracciones, Johan no había detenido su avance y por fin había alcanzado su objetivo, lanzando un primer tajo enorme hacia el general. Lord Ayrton lo esquivó, y según saltaba volvió a disparar otras dos veces. Para sorpresa de todos, Johan no lo esquivó, si no que utilizó la espada como escudo, haciendo rebotar ambos tiros; el primero se desvió demasiado, pero el segundo volvió por donde le había venido, sorprendiendo a Lord Ayrton, que apenas tuvo tiempo para esquivarlo, y notó cómo la piel del hombro le ardía cuando su propia energía le rozó.

-Buen acero -le dijo al capitán.

-El mejor -le respondió según volvía a levantar la guardia.

-Pero un buen acero no sirve de nada si el espadachín no le hace justicia - Y descargó una lluvia incesante de disparos sobre el capitán, haciendo que resultara imposible desviarlos todos.

Para sorpresa de todos, Johan empezó a balancear su espada, girándola alrededor de él, a tal velocidad que se volvió una mancha borrosa alrededor del capitán. Al principio Gabe no fue muy consciente de lo que el guerrero estaba haciendo hasta que escuchó a Alex soltar una exclamación ahogada

Las Dos Brujas: HermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora