Capítulo 30

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Es hermoso el pensar que incluso en los momentos más crudos, como fue el que ahora tratamos (el segundo periodo de la Primera Guerra Bruja), la sociedad bruja prevaleció. Los clanes se unieron, los hermanos se amaron. Se dieron los unos a los otros el apoyo que necesitaban para volver a levantarse y continuar con la lucha por su libertad.

6º Tratado: Anales de la historia bruja.

Lord William Aldrich, brujo de la sabiduría.




Alex no estaba segura ni siquiera de qué hora era exactamente. Se le antojaba demasiado lejano el momento en el que los líderes de todos los clanes habían reaparecido para dar órdenes a aquellos brujos desesperados y aterrorizados. Pero a pesar de todo, los brujos confiaban con todo su corazón en sus lores, y antes de que nadie se diera cuenta, miles de ellos se habían puesto en pie, los portales se abrían uno tras otro y los heridos empezaron a ser transportados a los sanatorios.

Alex, Liz y Gabe sin dudarlo fueron a ayudar, y con el paso de las horas y de las idas y venidas los tres se separaron. Alex hacía rato que le habían dicho que ya no necesitaban su ayuda, y esperaba sentada en el suelo, con la amplia falda de su vestido desparramada a su alrededor y Luxen tumbada a sus pies. Había podido ver a Bassam y a Cassandra, ambos estaban bien, asustados como cualquier otro, pero bien. Ahora esperaba a que su hermana y su amigo volvieran. La primera en aparecer fue Liz, Orión volaba por delante de ella cansado, casi sin aletear, y se dejó caer al suelo en cuanto su dueña se sentó al lado de Alex. Las hermanas se saludaron con un abrazo, y tras separarse, se mantuvieron calladas, a ninguna le apetecía expresar lo que verdaderamente estaba cruzando por sus mentes. Fue Liz la que finalmente rompió el silencio.

-¿Has vuelto a ver a Gabe?

-No desde que me separé de vosotros. ¿No se quedó contigo?

-Imposible, llamaban de todas partes, así que, iría a ayudar a cualquier lado. Ese cabeza de chorlito...

-Seguramente estará bien, no tenemos por qué preocuparnos. ¿Sabes algo de tus amigos?

-Danniel cayó herido en la pelea, está en el hospital, pero no es grave. Allan tuvo la suerte de que justo había salido de los salones, fue uno de los primeros en avisar a los escuadrones de fuera de la Catedral de lo que había pasado. Ahora le consideran un héroe

-Oh, me alegro por él.

La conversación monótona se cortó ahí, y las hermanas no volvieron a pronunciar palabra hasta que una hora después, Gabe reapareció. En algún momento de la noche había perdido la chaqueta del traje, tenía las mangas de la camisa blanca arremangadas por encima del codo, y estaba manchado por puntos oscuros, que probablemente eran de sangre. Completamente despeinado y con los ojos casi cerrados de puro cansancio, apenas fue capaz de esbozar una sonrisa cuando vio a las dos hermanas.

-Casi no os encuentro... -susurró, apartándose el pelo de la frente-. Me alegro de veros...

-¡Gabe! -Liz se levantó todo lo rápido que pudo y le abrazó de tal forma que casi caen los dos al suelo - Dónde estabas... -susurró contra su pecho. El muchacho tras la sorpresa inicial, correspondió al abrazo de la joven bruja con una sonrisa cálida dibujada en sus labios.

-Estoy bien, lo que pasa es que han descubierto que sé primeros auxilios, y me han explotado un poco...

Un carraspeo les hizo separarse de repente, para ver a Alex mirándoles acusadoramente con una ceja enarcada.

Las Dos Brujas: HermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora