Capítulo 27

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El corazón de un brujo es difícil de moldear. Si ama, lo hace para siempre. Si odia, también.

4º Tratado: Filosofía bruja.

Abelard Sheidemann, brujo de la sabiduría.




-En cuanto empecé a interrogarle lo confesó todo. También que sus amigos estaban involucrados. También han sido interrogados y han confesado. Los cuatro han sido retirados de la instrucción y pasarán una buena temporada castigados con servicios a la sede. No pueden tocar un arma hasta que yo se lo permita. Esta falta ya está apuntada en sus expedientes, lo tendrán muy muy difícil para entrar siquiera en el ejército regular -dijo Lord Ayrton.

Se encontraba delante de la familia Lionheart al completo: Dolores, Galileo, Alex, Luxen, Gabe, Orión y Liz aún inconsciente en la camilla.

-¿Qué pasa con el comandante Taddeo? -preguntó la tía Dolly.

-Está bajo investigación. En cuanto se enteró de que estaba interrogando a su hijo se presentó hecho una fiera en mi despacho, confirmando mis sospechas de que habrá infringido bastantes normas para proteger a su hijo. No se le ha retirado del cargo pero actualmente no puede ejercer sus funciones. -Lady Dolores asintió satisfecha.

-¿Y si mi hermana vuelve a encontrarse con esos matones? -preguntó Alex.

-Por eso no tiene que preocuparse, señorita Lionheart, le he encargado su vigilancia al único ser vivo en quien confío totalmente, mi propio compañero, Lyon. -La pantera negra soltó un gruñidito de satisfacción-. Si en cualquier momento intentan volver a tocar a su hermana me enteraré, y las consecuencias serán muchísimo peores.

-Le agradecemos muchísimo todo lo que ha hecho, Lord Ayrton -respondió finalmente la tía Dolly.

-Como le dije desde un principio, es mi deber. -El lord guerrero cambió el peso momentáneamente de un pie a otro, como indeciso. Hasta que se volvió a erguir y habló de nuevo-. Además quería añadir una disculpa: mi padre como guerrero me enseñó que nunca hay que juzgar a nadie por sus apariencias. Él me lo dijo a la hora de entablar un combate con un enemigo que pareciera mucho más poderoso, pero se puede aplicar a cualquier momento de la vida real. Y en su caso no lo he hecho. Debería haber mostrado que su condición de mestizas para mí era irrelevante, debería haberlo enseñado a mis subordinados. Y no lo hice. Pido disculpas en mi propio nombre y en el de todo el clan de los brujos guerreros. Y además me gustaría hacer una reparación por el daño que han sufrido.

-No tiene que hacer nada, Lord Ayrton... -empezó Lady Dolores. El lord guerrero negó con la cabeza indicando que nada le haría cambiar de opinión, y siguió hablando.

-Señorita Lionheart. -Miró directamente a los ojos a Alex-. Cuando estaba ultimando los detalles de este caso, intuí, aunque esa intuición es ahora más bien una certeza, que si su hermana ha sufrido estos maltratos por los hermanos de su clan, usted ha debido sufrir los mismos por parte de los suyos.

Alex iba a negarlo todo, que nunca había sufrido abusos y que su vida era perfecta y maravillosa. Pero Gabe se le adelantó.

-Así es, Lord Ayrton -respondió el humano. El lord le dirigió una mirada fruncida, como preguntando quién le había invitado a esa conversación. El chico se encogió ligeramente ante el intimidante brujo- . El... el otro día lo confesó todo...

Las Dos Brujas: HermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora