Él y yo, almas gemelas.
Tanto así que tuvimos gemelas, lástima que las cosas no son lo que parecen.
Y vaya que no lo son.
Francisco y Sophia se aman, pero los obstáculos los separan, aunque no para siempre.
Francisco Pov. Iba en el auto con Sophia mientras Agustín manejaba hacia el hospital, ella se veía nerviosa y yo no sabía que hacer en ese momento, se supone que aún le faltan algunas semanas. Llegamos rápido gracias a que no había mucho tráfico y al entrar llegaron varias enfermeras con una silla de ruedas.
-Creo que va a entrar en trabajo de parto. -dijo una de las enfermeras- -No puede ser, aún me faltan algunas semanas. -dijo Sophia angustiada- -Te llevaremos a una habitación mientras llega la doctora. -mencionó otra de las enfermeras- usted espere aquí, en minutos lo haremos pasar. -me dijo y me tuve que quedar en la sala de espera- -Francisco, ¿que pasó? -Agustín llegaba de estacionar el auto- -Creo que seré papá dentro de poco. -sonreí- necesito avisarle a todos. -saqué mi celular- -Tranquilo, ya llamé a Alexia y me dijo que les avisaría a todos. -Gracias hermano. - lo abracé- -Francisco Alarcón. -mencionó una enfermera y me levanté- venga conmigo por favor. -asentí y la seguí dejando a mi amigo en la sala de espera-
Llegue a la habitación donde estaba Sophia, mis niñas se habían adelantado y nacerán dentro de poco. Las enfermeras estaban tratando de calmar a mi novia la cual estaba quejándose por las contracciones. Yo sólo estaba tomándole la mano y besando su cabeza.
-Es hora. -mencionó la doctora- tienes la dilatación necesaria para que des a luz a tus preciosas gemelas. -sonrío- -Pues adelante. -Sophia estaba un poco nerviosa-
La llevaron hacia la sala de partos, yo me coloque una bata para entrar con ella, los nervios eran parte de mi. Dentro de poco sería papá de unas hermosas niñas. La doctora estaba lista y nosotros igual, en ningún momento dejé de tomar la mano del amor de mi vida, incluso cuando pujaba y podía sentir como su mano apretaba la mía con todas sus fuerzas. Así estuvo unos minutos hasta que se escuchó el primer llanto. -Felicidades, llegó la primera niña Alarcón. -dijo la doctora mientras tomaba a mi hija y se la pasaba a una enfermera- -Vamos amor, falta otra. -le sonreí a Sophia y luego le dí un corto beso- -Vamos Sophia, puja una última vez. -dijo la doctora y ella hizo lo que le indicó hasta que escuché el otro llanto -Felicidades Sophia, has hecho un gran trabajo. -Quiero verlas. -dijo Sophia algo cansada- -En un momento, son unas niñas muy sanas a pesar de ser prematuras, las tendremos en observación mientras te pasan a una habitación, luego las llevarán contigo. -sonrió la doctora- -Iré a avisarle a Agustín que ya es tío. -sonreí y la bese antes de salir- -Dame una buena noticia. -dijo Agustín en cuanto me vio- -Pues eres tío de dos niñas hermosas. -me abrazó con emoción- -Eso es genial hermano, felicidades campeón. -su teléfono sonó y lo revisó- dentro de una hora llegarán todos a conocer a las niñas. -sonreí- -Perfecto, yo regresaré con Sophia. -asintió y regresé a la habitación- ¿cómo estás amor? -Cansada, pero muy feliz. Gracias por este inmenso regalo Francisco, te amo. -sonrió y la besé- -Todos llegarán en un rato, así que si quieres descansa un poco. -le sonreí-
Al paso de unos minutos, Sophia se durmió y yo me senté a su lado mientras la observaba dormir y luego entró una enfermera a revisar algo en el monitor al cual estaba conectado mi novia, así que le pedí el favor de que nos tomara una fotografía que al instante subí a Instagram.
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IscoAlarcon: Con la mujer de mi vida @SophiParkM, gracias por esta felicidad tan inmensa mi amor, te amo a ti y a nuestras pequeñas.
Una hora después llegaron todos, los padres de Sophia, mis padres, Alexia, Carolina y Agustín. Todos estábamos en la habitación esperando que trajeran a las niñas, aún no le decíamos los nombres de cada una.
-Estoy tan emocionada por conocer a mis niñas. -sonrió emocionada mi mamá- -Todos lo estamos, yo estoy tan orgullosa de ti mi vida, eres extraordinaria. -Lucía beso la frente de Sophia- -Yo tengo una pregunta. -mencionó Carolina- ¿cómo se van a llamar mis sobrinas? -Valerie y Nathalie. -dijimos Sophia y yo- -Me muero. -gritó Carolina y le hice una seña para que bajara la voz- -Permiso. -dijo una enfermera- les traigo a las niñas.
