Parte 36.

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Francisco Pov.
Hoy fue un largo día, hubo entrenamiento y Nathalie tuvo una actividad de la escuela así que tuve que hacer todo lo posible para asistir a ambos lugares, mi hija cada vez estaba más grande. Pronto cumpliría seis y ella estaba emocionada, no haríamos gran cosa porque ella quería pasar el día en casa viendo películas conmigo y para mi estaba perfecto. En la noche habría cena con el equipo y sus familias, mi madre había arreglado a Nat mientras yo me terminaba de vestir.

-Papi, ya estoy lista. -sonrió entrando a mi habitación-
-Estás preciosa pequeña. -le di una vuelta-
-A ti te hace falta algo. -rió y fue a buscar algo a mi cómoda-
-¿Qué cosa pequeña? -reí al verla-
-Esto. -me entregó unos lentes-
-Pequeña, es de noche. -me vio con cara de igual te los vas a poner y me los coloqué-
-Te ves hermoso papi. -me agaché para abrazarla y mi madre entró a la habitación-
-Abuela, sacanos una fotografía. -mi mamá asintió y sacó su celular-
-Listo. -Nathalie corrió para ver la foto y yo fui detrás de ella-

 -Nathalie corrió para ver la foto y yo fui detrás de ella-

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-Cerraste los ojos tontita. -reí- vamos, nos sacaremos otra.
-No, esa me gusta. -sonrió- quiero que la imprimas y la coloques en un marco fotográfico.
-A veces eres una pequeña mandona. -reí y ella me sacó la lengua-

Salimos de casa, yo iba conduciendo y Nathalie atrás en su silla para autos, me obligó a colocarle una canción en inglés, por si no lo había mencionado era toda una mandona a sus cinco años.

-Papi. -la vi por el retrovisor-
-Dime pequeña. -sonreí y fijé mi vista en la autopista-
-Quiero un perrito. -sonrió-
-Uhm, ya veremos. -sonreí y ella se cruzó de brazos-
-Te prometo que le daré mucho amor. -tenía su vista fija en mi-
-Lo sé pequeña, pero no sólo se trata de amor, sino de cuidarlo y alimentarlo, son muchas responsabilidades.
-No importa, yo lo cuidaré mucho, seré muy responsable. -era la mejor para convencerme-
-Lo hablaremos en casa con calma. -volví a mirarla y sonrió emocionada-

Llegamos a la cena, Nathalie corrió enseguida al ver a las hijas de unos amigos, ella era muy amigable y hablaba con cualquier niño de la nada. Yo estaba con algunos compañeros hablando, se venían partidos difíciles y queríamos planear nuevas jugadas. Luego de una larga cena, Nathalie estaba cansada así que decidimos irnos a casa, al llegar estaba dormida así que la cargué y la llevé a su habitación. Sin duda, amaba ser padre y amaba a mi pequeña Nathalie.

Mes y medio después.

Hoy era el cumpleaños de mi Nathalie, mis padres y yo le habíamos preparado una sorpresa así que fuimos a su habitación para despertarla.

-Pequeña, feliz cumpleaños. -me senté en la cama y acaricié su cabello-
-Feliz cumpleaños princesa. -mencionaron mis padres y ella abrió los ojos muy feliz-
-Gracias, los amo. -me dio un gran abrazo-
-Te tenemos una sorpresa cariño. -sonreí-
-¡SIII! -gritó emocionada-
-Te espera en la sala. -dicho esto se levantó y salió corriendo-
-Con cuidado Nathalie. -dije y bajamos con ella-
-¡SIIII! -gritó al ver su regalo- eres el mejor papá del mundo. -me abrazó- y ustedes los mejores abuelos.

-Espero que lo cuides Nat, tus abuelos y yo te ayudaremos

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-Espero que lo cuides Nat, tus abuelos y yo te ayudaremos. -sonreí y se sentó con su nuevo amigo-
-Si papi, los amo. Este será el mejor cumpleaños del mundo.
-¿Cómo lo llamarás pequeña? -mencionó mi madre-
-Pues. -pensó un momento- Parker. -sonrió mientras yo quedé congelado-
-¿Parker? -mi madre preguntó mirándome-
-Es un nombre muy raro cariño. -dije tratando de parecer tranquilo-
-Hace poco soñé que alguien mencionaba ese nombre y me gustó. -sonrió divertida jugando con Parker-
-Vale cariño. -mi madre besó su cabeza-

¿Cómo era posible eso? De tantos nombres en el mundo se acordó de su segundo apellido, el apellido de su madre, la mujer que aunque lo niegue sigo amando como el primer día. Tal vez era una mala jugada del destino, quizás una simple coincidencia. Lo que si era seguro es que el perro se llamaría Parker. Cada cumpleaños se me hacia inevitable pensar en Valerie, en como estará, si al igual que Nathalie no sabe de la existencia de una hermana, donde vivirán y más que nada si alguien ocupó mi lugar en su vida y en la vida de Sophia.

El Juego del Destino {Isco Alarcón}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora