Él y yo, almas gemelas.
Tanto así que tuvimos gemelas, lástima que las cosas no son lo que parecen.
Y vaya que no lo son.
Francisco y Sophia se aman, pero los obstáculos los separan, aunque no para siempre.
—–Cállate y cuenta de una vez. -dije un poco estresada.
—–Vaya, pero que humor tienes hermanita. -se empezó a reír. —–pues mañana nos quedaremos en el resort que está en una isla cercana. -mi cara fue de sorpresa total.
—–Ya va, ya va. -dije sin poder creerlo. —–eso es genial hermana. -empecé a saltar en la cama de emoción.
—–Si que lo es. -dijo mi mejor amiga, aunque la note poco sorprendida.
—–Pero, ¿Francisco y Agustín? -no quería separarme de él.
—–Vamos hermana, no te vas a poner mal si él no va. -dijo mirándose en el espejo. —–así que arreglen sus cosas porque lo que resta de vacaciones estaremos ahí. -sonrió antes de entrar al baño.
—–Amo a Alexia, ya me estaba aburriendo porque tú solo estás con el señorito patas chuecas Alarcón. -río y yo solo la miré mal. –—lo siento Sophi, pero es cierto.
—–No te metas con él, boba. -le lancé un cojín en la cara.
Ya teníamos todo listo, estaba un poco triste porque iría sin Francisco, siendo sincera me asustaba la idea de estar enamorada de él y que ni siquiera seamos algo o peor, que se olvide de mi. Carolina me animaba pero yo solo estaba triste porque no lo vería hasta un día antes de llegar a nuestro destino y partir cada uno por su lado, él a Valencia y yo a Madrid.
Al otro día me levante gracias a mi hermana, sin muchos ánimos. No había hablado con Francisco y eso me ponía peor, fui al baño, me duche, me coloque un bikini y un short, dejé mi cabello suelto y salí de la habitación con mi hermana y Carolina.
Nos subimos en un bote que nos acercaría al muelle de la pequeña isla. Cuando llegamos, mi hermana y mi mejor amiga fueron las primeras en bajar y cuando por fin bajé agarré mi maleta hasta que alguien me saco de mis pensamientos.
—–Sonríe. -esa voz, volteé por instinto y lo vi ahí. Era Francisco así que sonreí más que feliz. –—vaya, has salido hermosa. -no había percatado que me tomó una foto.
—–A ver. -dije sonriendo y me mostró la foto.
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—–Has salido hermosa. -me sonrió y lo golpeé. –—¿y ese golpe por qué ha sido? -preguntó extrañado.
—–Por no decirme que venías, tonto. -sonrió y me abrazó.
—–Era una sorpresa pequeña. -sonreí y me dio un corto beso en los labios. –—vamos, serán los mejores días de todas las vacaciones. -lo tomé del brazo y caminamos hacia el hotel.
Francisco Pov. Agustín y yo salimos temprano, revisamos que todo estuviera perfecto, luego revisé mi teléfono y tenía un mensaje de Alexia donde me avisaba que ya venían. Cuando llegaron ella y Carolina fueron las primeras en bajar, por último Sophia que me causó gracia verla luchando con su maleta, me acerqué a ella con el teléfono para tomarle una foto.
Ella giró y su cara cambió completamente, se notaba feliz al verme, le tomé la foto y cuando se la enseñé sonrió y luego me golpeó por no haberle avisado, la abrace y luego le di un pequeño beso. Fuimos a nuestras habitaciones y ya el plan entraría en marcha.
