El Juego del Destino {Isco Alarcón}.

Parte 26.

Francisco Pov.
Todo era hermoso, Sophia no podía dejar de sonreír y yo tampoco, todo estaba increíble, desde los pequeños detalles hasta lo más grande. Cuando por fin pasamos por ese pequeño puente que había en la entrada lo supimos.

-SERÁN NIÑAS. -gritó Sophia y todos aplaudían emocionados-
-Si mi amor, tendremos unas preciosas gemelas. -la besé- te amo tanto Sophia.
-Y yo te amo a ti. -me sonrió-
-Espero que les haya gustado. -dijo mi madre acercándose- Lucía y yo lo hicimos con todo el amor para nuestras pequeñas.
-Es maravilloso mamá, gracias.
-Es más de lo que imaginé, estoy junto al amor de mi vida, mi familia y ahora mis niñas. -Sophia lloraba de emoción-

Sophia Pov.
Sería mamá de unas niñas, mi emoción no podía ser mayor. Todo estaba tan bien decorado, era lo que esperaba y más. Saludé a todos, luego revisé cada detalle y estaba perfecto, había una mesa llena de dulces, todo en colores rosados.

Estaba más que feliz, al igual que Francisco, pasamos el día entre risas y juegos. Luego de pasar todo el día divirtiéndonos, hablando y comiendo, sobretodo yo que comí hasta decir basta. Al llegar a casa, Francisco y yo fuimos a nuestra habitación con los regalos del baby shower, empezamos a verlos hasta que llegó el regalo de Carolina.

-Mira amor, el regalo de la Caro. -dijo Francisco mirándome y yo reí-
-Vamos a ver que está dentro de esta bolsa. -sonreí y saque unas franelillas de lo más tiernas-

-¡Dios mió, qué belleza! -grité emocionada-
-Carolina no es tan mala tía después de todo. -rió y lo golpeé-
-Es la mejor amiga del mundo, y ahora también será la mejor tía junto a Alex. -Lo sé amor, lo sé. -me besó-
-Estoy muy feliz Francisco, mi vida dio un giro inesperado y todo gracias a ti. -lo miré fijamente a los ojos- te amo.
-Y yo te amo a ti y a ustedes. -le dio un beso a mi abultado vientre- por cierto, debemos ir pensando en nombre para estas señoritas. -me hacía ligeras cosquillas en el vientre y mis pequeñas pateaban-
-Cierto, lo que sabemos es que serán las gemelas Alarcón Parker. -reí y él igual- a ver, ¿Victoria y Verónica?
-No sé, pueden tener nombres iguales. - lo miré mal-
-Eso es muy cliché Francisco.
-Bueno, ¿Liv y Maddie? -reí a morir-
-Debes dejar de ver esas series de Disney Francisco.
-Olivia y Madisson pues. -dijo fastidiado-
-Es lo mismo Alarcón. -rodé los ojos-
-Okey, okey. ¿Annie y Marie?
-Muy común.
-Francisca 1 y 2. -reí ante su comentario-
-No sí, sal de ese cuerpo Agustín. -ambos reímos- ¿Qué te parece Ashley y Jessica?
-Falta el Simpson. -rió y volví a golpearlo- Mejor Jamie y Britney Spears. -reímos-
-Esto de los nombres no es tan sencillo como parece. -recosté mi cabeza de su pecho-
-Ya me doy cuenta amor, que difícil. -llevó una mano a su cabeza-
-Estoy segura que encontraremos los nombres ideales para estas pequeñas. -sonreí mientras veía mi vientre-

Luego de un largo rato debatiendo que nombres elegir llegamos a los indicados, a ambos nos gustaron y sentimos que habíamos triunfado. Pasó una semana y ya no podía con mi vida, me dolían las piernas, tenía más antojos que de costumbre y cuando Francisco no estaba le tocaba a Agustín, su cara no era nada normal cuando le decía que un antojo se apoderaba de mi. Hoy estaba arreglando unas cosas del cuarto de las niñas, el cual había quedado hermoso.

Era sencillo y discreto, tal como lo había pedido. Arreglé unos detalles de las niñas y me fui a recostar, a la media hora llegó Francisco y se recostó a mi lado, luego de un largo rato abrazados un líquido caliente empezó a bajar por mi pierna.

-Amor, creo que el embarazo te ha cambiado. Ya hasta te haces pipí encima. -río mirándome-
-Francisco, no es pipí. -lo miré seria y preocupada-
-¿QUÉ? -gritó desesperado mientras se levantaba de la cama- nos vamos al hospital.