Parte 33.

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Francisco Pov.
Tres años han pasado desde aquel día en el que mi vida cambió. Estoy viviendo en Málaga con Nathalie, ser padre futbolista no ha sido fácil, pero agradezco que mi madre me ha ayudado muchísimo con ello. Agustín siguió unos años más en el Valencia para luego ser fichado por un equipo de la Serie A de Italia, hoy estaba de descanso así que pasaría el día en casa de mis padres con Nathalie.

-Papi, vamos a jugar. -dijo sonriendo-
-Luego cariño, veamos una película mejor. -sonreí-
-No, juguemos. -a veces suele ser muy mandona, algo típico de ella-
-Luego cariño, papá está cansado. -le dije y se enojó-
-No me parece. -colocó sus manos sobre la mesa en forma autoritaria-

La vi y sus ojos azules estaban fijados en mi, tenía la misma mirada de Sophia, era su clon

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La vi y sus ojos azules estaban fijados en mi, tenía la misma mirada de Sophia, era su clon. Todo de Nathalie me la recordaba diariamente, su carácter, sus caras, todo. A veces extrañaba tenerla conmigo, pero así es la vida y sé que debo superar todo esto por mi pequeña. Pasaron varias semanas y me entregarían un reconocimiento por mi desempeño en la Liga Española, salí al campo y los aficionados estaban ahí aplaudiendo mi esfuerzo, yo solo podía agradecerles por el apoyo que me han brindado desde que llegué.

Hoy había partido contra el Villarreal, mi madre y Nathalie estaban en el palco viéndome jugar, ellas eran el motor de mi vida

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Hoy había partido contra el Villarreal, mi madre y Nathalie estaban en el palco viéndome jugar, ellas eran el motor de mi vida. Por ellas estaba aquí y es por ellas que llegaría más lejos. El juego empezó con normalidad, hubo varias ocasiones de gol pero no fue sino hasta el minuto 44 que un pase me dio la oportunidad de meter la pelota directo en la red. Terminó el primer tiempo con ventaja, fui a los vestidores con mis compañeros. El míster nos dio unas indicaciones, todos salimos de nuevo al campo. El juego transcurrió igual, al final ganamos por la mínima diferencia. Cuando iba a los vestuarios Nathalie llegó corriendo.

-Ganaste papi. -sonrió y la cargué-
-Si mi amor, gané por ti. -besé su cabeza-
-Ese gol estuvo fantástico amor. -dijo mi madre-
-Gracias ma, creo que es tiempo de ir a comer.
-¡SIIIII! -gritó Nathalie levantando los brazos- tengo hambre. -sonrió y yo solo reí-

Salimos del lugar y fuimos a comer al restaurante favorito de Nat, la veía y no podía dejar de pensar en su hermana y su madre. Desde que se fueron no supe más de ellas, es como si se las hubiese tragado la tierra. A veces Nathalie preguntaba por su mamá, normalmente cambiaba el tema, pero se que algún día no podré ocultarselo y debo decirle todo. Quisiera saber que fue de ella y de Valerie, si estarán bien o no.

-Hijo, te noto muy pensativo. ¿Pasa algo? -dijo mi madre apareciendo en mi habitación-
-No mamá, solo estoy pensando en los próximos partidos. -mentí-
-Todo estará bien, eres el mejor. -se sentó a mi lado-
-¿Y Nathalie? -pregunté-
-En su habitación, se quedó dormida jugando. -reí- es tan tierna, pero a veces saca ese carácter que heredó de su madre. -se tapó la boca al percatarse de lo que había dicho- hijo, yo, lo siento. -dijo triste-
-No pasa nada mamá, es cierto. Tiene el carácter de Sophia. -traté de sonreír pero solo me salió una mueca-
-Todavía no me hago a la idea de que se marchara con mi Valerie. -bajó la cabeza-
-Yo tampoco mamá, más aún sin saber que al final podría venirse conmigo. -mi mamá me abrazó-
-Pero bueno hijo, igual tienes una razón por la cual debes luchar todos los días y es Nathalie. -sonrió-
-Lo sé, por ella voy a luchar hasta el final, es mi motor. -sonreí-

Mi madre salió de la habitación, me quedé un rato revisando unas cosas en mi laptop, estaba a punto de dormir cuando Nathalie apareció por la puerta con su peluche.

-Hey pequeña, ¿qué sucede? -dije acercándome a ella, la cargué y la llevé a mi cama-
-Quiero dormir contigo papi. -sonrió tiernamente-
-Claro que si cariño, ven acá. -la abracé y besé su cabeza-
-Papi, ¿nunca veré a mi mami? -su pregunta me cayó como balde de agua fría-
-Algún día la veras cariño, algún día. -ella me veía atenta-
-¿Y ella me va a querer?
-Claro que si, ella te ama cariño. -besé su mejilla y me adelanté antes de que hiciera otra pregunta- pero ya es tarde para tantas preguntas así que vamos a dormir. -sonrió y se acomodó a mi lado-

No sé qué haría cuando estas preguntas sean más y más frecuentes.

El Juego del Destino {Isco Alarcón}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora