Parte 87.

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Alexia Pov.

Mi parto se adelantó, estaba un poco asustada porque a León lo tuve en el momento ideal, ahora mi bebé está por llegar y no quiero que nada salga mal.

Toni como siempre estaba a mi lado, al igual que Sophia y Marc.

—Tengo mucho miedo. —toqué mi abultado vientre.

—Todo saldrá bien Alex, mi linda sobrina será igual que su madre. —mi hermana siempre me animaba.

—Aquí estaremos con ustedes, no pasará nada. —Marc se unió a los ánimos de mi hermana.

—Pues, ya que estamos aquí, Alexia y yo tenemos algo que decirles. —el alemán me observó antes de fijar su vista en Sophia y Marc.

—¿Qué sucede? —preguntó mi hermana menor.

—Hemos decidido que serán los padrinos de nuestra pequeña. —mencioné emocionada.

—No me lo creo, gracias chicos por tomarme en cuenta a mi, que apenas me estoy adaptando a su familia. —La mirada sincera de Marc me confirmó que habíamos tomado una buena decisión.

—No es nada, desde hace rato eres uno más de nosotros. —Toni entrelazó nuestras manos.

Las contracciones se hicieron más fuertes, la doctora junto a las enfermeras me llevaron a sala de partos, no había vuelta atrás y dentro de poco tendría a mi niña en brazos.

Como siempre, Toni estaba junto a mi y debo confesar que estaba más nervioso que yo.

Sophia Pov.

Estaba a minutos o quizás horas de ser tía por segunda vez. Me encontraba en la sala de espera junto a Marc que no soltaba mi mano por nada.

—Estás emocionada, ¿cierto? —preguntó el jugador del Barcelona.

—Claro, es mi primera sobrina. Las gemelas estarán emocionadas al tener una prima, aman a León pero una niña es fantástico. —le sonreí a mi novio.

—Tal vez piensas que estoy loco, pero en algún momento me gustaría tener un hijo contigo. —me observó fijamente.

—No estás loco cariño, a mi también me encantaría tener un bebé y más si tú eres el padre. —acaricié su mejilla.

—Eres la mejor Soph. —me besó dulcemente.

Nos quedamos varios minutos más en la sala de espera, los nervios eran parte de mi, menos mal tenía a Marc a mi lado el cuál me transmitía tranquilidad.

Él me tenía entre sus brazos hasta que un Toni sonriente llegó con nosotros.

—Ya nació, mi pequeña ya está aquí. —lo abracé con emoción.

—Felicidades cuñado, ¿cómo está mi hermana? —pregunté al dejar de abrazarlo.

—Cansada por el parto, pero bien, ella y la pequeña están de maravilla.

—Bueno, si quieres vamos a casa a buscar a León para que conozca a su hermanita. —propuso Marc.

—Venga, mi niño estaba muy emocionado por la llegada de su hermanita. Los veo ahora.

El alemán se fue al cuarto donde estaba mi hermana mientras nosotros regresabamos a casa por los niños.

Cuando llegamos, Sergi estaba jugando con León, pero las niñas no estaban.

—Carolina, ¿dónde están mis hijas? —le pregunté a mi mejor amiga.

—Francisco vino por ellas, dijo que lo más seguro era que se quedaran en su cada. —respondió sin ánimos.

—Vale, con él tendré que hablar luego. —mencioné enojada. —pero, ahora necesito saber que te sucede, estás con una tristeza que se nota a kilómetros.

Mi mejor amiga no contuvo las lágrimas y me abrazó hecha un desastre.

—Déjame quedarme aquí, no quiero volver a Barcelona. —sollozaba sin parar.

—¿Qué sucedió Carolina? No creo que de un momento a otro quieras quedarte en Madrid. —traté de calmarla.

—No quiero estar con Sergi nunca más, no quiero verlo y estando en Barcelona sabrás que será imposible.—sus ojos estaban hinchados de tanto llorar.

—¿Te hizo algo? Mira que lo busco y hago que se disculpe. —estaba por salir de la cocina pero la rubia me lo impidió.

—No vayas, él no sabe nada.

—Carolina, habla de una vez porque no estoy entendiendo nada. —la observé confundida.

—Sergi no quiere tener hijos. —volvió a llorar. —estábamos hablando de eso y me aseguró que estaba mejor así, sin niños.

—Vamos Caro, seguramente lo dijo por tonto, no creo que si hablas con él directamente se niegue a asumir su paternidad.

—No sé porque lo dijo, pero no quiero obligarlo. Si se queda conmigo no es por amor sino obligación y para que mi bebé crezca con un padre que no lo deseaba es mejor que no lo sepa. —respondió segura de sus palabras.

—Vale, si eso quieres pues te apoyaré.—acepté no muy convencida.

Sinceramente no creo que Carolina esté haciendo lo correcto, más porque ese bebé sería el más perjudicado. Pronto seguiría insistiendo con eso, por los momentos lo más importante era llevar a mi sobrino con sus padres.

—Amor, ¿puedo pedirte un favor? —le pedí a Marc.

—Claro que si cariño, lo que desees. —se acercó a mi sonriendo.

—Llevaré a León con los chicos, ¿puedes ir por las gemelas a casa de Francisco?

—Claro, aunque creo que a Isco no le agradara mucho verme. —rió un tanto incómodo.

—Ni modo, no debió llevarse a las niñas.

Marc me besó antes de salir, sólo esperaba que Francisco no se comportara como un niño y quisiera armar un drama por nada.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2017 ⏰

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El Juego del Destino {Isco Alarcón}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora