El Juego del Destino {Isco Alarcón}.

Parte 17.

Sophia Pov.
Había llegado, estaba oficialmente en el aeropuerto de Manises en Valencia. Bajé del avión, recogí mis maletas y me puse a buscar a Agustín por el aeropuerto hasta que lo vi a lo lejos saludandome.

-Hola Sophi, ¿Qué tal el vuelo? -me dio un abrazo-
-Hola Agus, de maravilla. -sonreí-
-Pues vamos, te dejaré en el apartamento. -agarró mi maleta y caminamos hacia la salida-
-Pero Francisco debe estar ahí. -dije mirándolo-
-No, él me está esperando en un café cerca del Mestalla.
-Ah, genial. -dije mirando las hermosas calles de Valencia-
-Pues, te dejo mis llaves. Francisco debe regresar como a las seis. -después de unos minutos llegamos al edificio donde vivían-
-Gracias Agustín. -sonreí y me ayudó a bajar las maletas del auto-
-Te dejo peque, nos vemos luego. -me dio un beso en la mejilla y se fue-

Francisco Pov.
Agustín tenía varios días extraño, creo que era porque tiene una novia, se la pasa pegado al celular. Hoy había entrenamiento en la tarde, así que salí a correr en la mañana y cuando llegué él iba saliendo. Me dijo que me vería en el café cerca de Mestalla para irnos al entrenamiento. Yo llegué temprano, pero él se tardó como media hora en llegar.

-Hola Isco. -dijo dándome una palmada en la espalda-
-Hola Isco nada, ¿donde carajos estabas? -dije un poco estresado-
-Calma hombre, había tráfico. -sonrió nervioso-
-Si claro, tráfico. -lo miré mal- yo creo que tienes una novia y no me dices.
-No, para nada amigo. -se echó a reír-
-Bueno, comamos algo y vamos al entrenamiento.

Comimos tranquilos, aunque nada me quita de la cabeza que algo tramaba mi mejor amigo. Y a eso se le suma que no había hablado con Sophia en todo la mañana y lo que va de la tarde, vaya día estoy teniendo. Salimos del lugar y nos fuimos al entrenamiento, el entrenador nos hizo practicar tiros libres, de penal y pases. Después de casi tres horas, el entrenamiento por fin terminó, me fui a las duchas y me bañé. Estaba realmente cansado, así que me iba a casa pero Agustín me dijo que iría de fiesta con otro compañero del equipo así que no le di importancia y me fui solo a casa. Al llegar me encontré con una sorpresa, la mesa estaba arreglada para dos y olía delicioso. Fui a la cocina y ahí estaba ella, con esa sonrisa que me mata.

-Hola Francisco. -dijo timida desde la cocina-
-Como que hola Francisco, ven acá. -corrí hacia ella y la cargué mientras giraba- te extrañé horrible amor. -la bajé y la miré a los ojos-
-Y yo a ti, por eso vine, sorpresa. -reí y la bese-
-Y yo como no me enteré de esto. -dije mirándola-
-Pues por que era sorpresa, dah. Ya lo dije. -se rió y la bese, otra vez-
-Ha sido la mejor sorpresa de la vida. Pero, ¿cómo pasó todo esto?
-Agustín, él me ayudó en todo. -ahora comprendía el misterio-
-Y yo creyendo que tenía una novia por ahí escondida. -ambos reímos-
-No, sólo me estaba ayudando. -sonreí al verla feliz- pero bueno, preparé la cena así que a comer. -fuimos al comedor-
-Esta cena es lo máximo. -había hecho una parrilla mar y tierra deliciosa- no sabía que cocinaras.
-Es algo esencial cuando eres de Madrid. -sonrió-

La cena transcurrió normal, entre besos, sonrisas y muchas risas. Ella estaba grandiosa, sinceramente el amor te pone estúpido.

Sophia Pov.
Ver su expresión cuando descubrió la sorpresa, eso no tenía precio. Se notaba feliz y yo lo estaba más, cenamos muy felices, nuestra relación no es normal, no parecemos los típicos novios de dieciséis años. Pero me encanta, terminamos de cenar y estaba preparando otra sorpresa para él, en ese instante llamaron de vigilancia, estaban buscando a Francisco y él bajó rápido. Era el momento. Preparé la segunda sorpresa y ya estaba lista cuando él entró.

-Soph, amor, ¿donde es... - se quedó mudo al verme-