15.

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Jos.

Sábado por la noche, tercer fin de semana seguido que no salía.
Últimamente no tenía ganas de nada, ni de ir a la escuela, ni de ir a fiestas, ni de ir con mis "amigos" si es que lo son, ni de ver a Valery "mi novia", en este momento me preguntaba el porque había empezado a andar con ella.

Valery era linda, sexy, me sabia complacer bien pero era tan odiosa a veces que no la soportaba; ella se tomaba el atrevimiento de llamarme "Mi amor" o de decirme "te quiero" y a esas dos palabras solo le contestaba un "También yo", aunque eso era mentira; Yo no podía querer a nadie.

—Jos la cena, está lista–escuche la voz de mi mama, gritando.

–Gracias mama, pero no tengo hambre–hable en voz fuerte, para que alcanzara a escucharme.

No obtuve respuesta de su parte.

—¿Cómo que no tienes hambre?–entro a mi habitación sin pedir permiso–No te vas a quedar sin cenar–frunció el ceño.

—¿Sabias que se debe de tocar antes de entrar?–conteste un poco molesto–Y no, no tengo hambre.

—No me contestes así–contesto de igual forma molesta–Y está bien, si no quieres comer es tu problema–volvió a mirarme–No te estaré rogando como si fueras un niño pequeño.

—No te molestes–le respondí ahora un poco más calmado–Y solo bajare por un vaso de leche y galletas–haría eso para que estuviera más tranquila.

En camino a la cocina mi mama solo hablaba y hablaba de lo que había hecho en la semana, algo que no me importaba; Cuando entramos los dos a la cocina note que había hecho de cenar cuernitos, se veían antojables. Tome un vaso y saque la leche del refrigerador, vertí la leche hasta que se llenara el vaso.

—Seguro que no quieres?–volvió a preguntarme, ahora mostrándome un plato con el cuernito.

—Bueno, creo que solo uno–sonreí de medio lado–Para que no se vayan a quedar–los dos empezamos a reír.

—Sabía que no te resistirías al encanto de los cuernitos–sonrío, sirviendo en otro plato un cuernito.

Los dos fuimos hacia el comedor, mi mama tenía música de los Beatles, la casa se escuchaba tan tranquila.

–Y ¿Cómo está Freddy?–pregunto sonriéndome–Tiene tiempo que no lo veo por aquí–no le había contado sobre nuestro distanciamiento.

–Bien–me limité a decirle eso–Es que ya andan haciendo otras cosas...–tome un trago de leche.

—Ya no los has visto ¿Cierto?–me miró fijamente–Porque no me cuentas, sobre eso–dejó de comer, para ponerme atención–Últimamente te he visto muy raro.

Genial, le contaría mis problemas.

—Uhm, es que ya casi no estoy con ellos–empecé a contarle–Desde que termine con Esfefania, me fui alejando poco a poco de ellos–trate de sonar lo más frío–Después ya ves que nos fuimos por un tiempo, cuando regrese me di cuenta que ya tienen nuevos amigos–aunque ellos me dijeran que no era verdad.

—La extrañas ¿Cierto?-escupi el trago de leche que me acababa de llevar a la boca–Miguel que asco–dijo limpiando la mesa.

—Hay mama ¿cómo crees que la voy a extrañar?–fruncí el ceño–Ella y yo ya somos pasado –eso habíamos sido, ¿verdad?–No digas cosas que no–le conteste un poco molesto.

—¿Porque lo niegas?–suspiro–La chica con la que andas, no es nada como Fanny...-las tuve que interrumpir.

—Gracias por la cena–me levante–No vuelvas a hablar de eso ¿está bien?–No deje que dijera nada, porque me dirigí hacia las escaleras.

Begin Again; bm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora