─Humm... Olga me ha dicho que practicas kárate desde los trece años. ¿Se te da bien?
─No sabría decir... ─Respondí con desconfianza. Aún no conocía bien a esa psicóloga, pero ya sabía que todas sus preguntas iban con segundas.
─Me has dicho que ese hombre era alto y musculoso. ¿No te daba miedo que pudiera hacerte daño?
─Bueno, es que estaba haciendo lo que estaba haciendo. Y además estaba borracho, y...
─¿Habías hecho antes algo parecido?
─No... bueno, sólo una vez.
─¿Sólo una? ¿Y a quién?
─A un chico del instituto que... Tampoco le conocía, pero le vi pegando a su novia.
─Del instituto... ¿Hace mucho de eso?
─Unos dos años.
─¿Ya habías tenido tu primera mala experiencia con el sexo?
─No. Fue justo antes.
Y ella volvió a tomar notas.
─Veamos... De momento se me ocurren dos motivos por los que romperle la nariz a aquel hombre de la playa: Para defender a esa niña o para vengarte de lo que te hicieron. Pero la otra vez aún no te lo habían hecho. Y sólo tenías dieciséis años... Eres un caso bastante curioso ¿sabes?
Y yo puse mala cara. No me gustaba ser "un caso".
─¿Sigues teniendo ese sueño de tu última mala experiencia?
Y no pude evitar poner aún más mala cara. ¿Por qué todo el jodido mundo tenía que recordarme lo que intentaba olvidar? Y no sé por qué asentí con la cabeza si no me apetecía nada hablar de eso. ¿Mi "última mala experiencia"? Bonita forma de decir "estar a punto de morir de un balazo en la cabeza".
Olga había tenido sesión con la misma doctora antes que yo, y ya me había dicho que habían hablado de nuestra jodida "última mala experiencia". Estábamos las dos en el centro privado más prestigioso de Los Ángeles, de esos donde van los famosos adictos al sexo. Era una terapia para "superar nuestra presunta adicción". Bonita forma de decir "intentar dejar de ser unas ninfómanas".
Pero para qué negarlo, por eso estábamos allí: Por haber dicho basta. Porque casi nos matan en la última de nuestras típicas aventuras sexuales: la genial idea de quedar con unos desconocidos para practicar sexo con ellos, y además en un país extranjero. Como tantas otras veces, tan arriesgado, tan emocionante, tan increíblemente excitante... si no fuera porque en esa última los tipos sabían que teníamos mucho dinero y pretendían secuestrarnos. Ah, sí, y pequeño detalle: resulta que eran de una banda de traficantes de armas.
Y para qué negarlo: Aunque hacía dos años que no me pasaba nada, esta última era la segunda vez que yo me metía en problemas. Pero en esta fue distinto: La primera me metí yo sola, pero en esta estaba con Olga. Y fue ella la que resultó herida. Y por suerte se recuperó sin ninguna secuela, como la que me dejaron a mí la primera vez. Pero la hirieron.
Y cómo no, después de mi segunda "mala experiencia", hala: otra vez los extraños sueños...
─¿Te supone algún problema contarme ese sueño?
La madre que la...
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Cuando haces según qué cosas te acaban pasando otras
Mystery / Thriller. Corro. Corro por el miedo. Y por ese estúpido impulso de huir, de sobrevivir. Y por no ser capaz de aceptar que ya está. Que ya lo he perdido todo. Ahora, una vez más, quieren matarme. Y ahora no sé ni quién ni porqué, y me lo han quitado t...