Ya está. Ya está... Me quedo clavada, mirando cómo viene ese asesino con su dichosa navaja en la mano. Y ya casi lo tengo encima, pero sólo grito cuando oigo un ruido seco. Ha sido tan rápido que apenas lo he visto. Es el ruido del golpe lo que me ha hecho gritar.
Ha sido algo no muy grande y oscuro que ha venido literalmente volando. Y ha golpeado tan fuerte la cabeza de ese oriental que ha rebotado hacia arriba. El oriental ladea de golpe la cara y cae al suelo. Y el objeto también cae ruidosamente, pegando otro par de rebotes sin llegar a romperse, y después rodando hasta quedar contra el pie del tío del hospital. Éste baja la vista y lo mira, también sorprendido.
¡Una botella de cerveza! ¡Abierta pero llena! El líquido se va vertiendo en el suelo. Y el oriental, también en el suelo, no se mueve. Y el del hospital mira hacia la puerta del local.
─¡Oh, mierda! ─Exclama.
Sé que han lanzado la botella desde esa puerta, pero al girar la cabeza siento una punzada de dolor y sólo consigo ver la silueta de otro hombre que se acerca desde el umbral.
Una silueta borrosa, oscurecida por la luz del exterior, que camina hacia aquí con una extraña tranquilidad. Y cuando se detiene ante mí, entre yo y los dos hombres que quedan en pie, me da la espalda. No le veo la cara y me parece irreal, como una especie de espectro que ha conseguido escapar de mi cerebro. Y vuelvo a sentir ese miedo. El mismo miedo de hace dos años. El mismo que tantas veces soñé después.
─¿Tú? ─Vuelve a exclamar el del hospital, mirando a ese hombre ─¿Pero qué coño haces aquí? ¿Qué tienes tú con esto?
─¿Tú qué dirías?
Y las lágrimas siguen sin poder salirme, pero una vez más se me para el corazón. Le he reconocido. No le veo la cara pero lo he oído. Tres palabras, sólo tres: "Tú qué dirías".
No. Esa voz nunca se me va a olvidar.
El tal Diego.
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Cuando haces según qué cosas te acaban pasando otras
Mystery / Thriller. Corro. Corro por el miedo. Y por ese estúpido impulso de huir, de sobrevivir. Y por no ser capaz de aceptar que ya está. Que ya lo he perdido todo. Ahora, una vez más, quieren matarme. Y ahora no sé ni quién ni porqué, y me lo han quitado t...