Ridiculous ; j.jungkook

✏007

✏Jungkook POV✏

-Tú turno.

Después de esas palabras hablamos durante toda la tarde.

Ella descubrió que mi familia tampoco era tan perfecta. Que mi único amigo fue un chico llamado Park Jimin que se volvió a Busan justo cuando entramos al Instituto, que tuve una época de desmadre con mujeres y hombres a los 16 años, que siempre odié las espinacas y amé mucho a pororo de pequeño.

Y al igual yo descubrí que su color favorito es el morado, que su cumpleaños es el 1 de enero, que su hermano siempre le enviaba regalos raros durante cualquier evento y que tiene una colección de mixtapes de un rapero llamado Rap Monster.

Después de todo eso llegó el momento de ser persistente de nuevo.

-¿Puedo entrar a tú casa? Sabes, ahora que somos amigos...

-No. -se negó mientras la acompañaba hacia ella.

-Pero no es justo que tú entraras a la mía, que utilizaras mi sofá y encima comieras la comida de mi madre.

-Pero yo no quiero que entres en mi templo de paz, donde los únicos hombres que entraron en ella son sólo tres.

-No pasará nada si entra un cuarto.

-No y es que no. Vete a la tuya. Es muy tarde. -finalizó.

-Eres cruel. -refunfuñé. -Te acompañaré igual.

-Cliché.

-Lo sé y lo odio.

Otra cosa que aprendimos fue a que ambos odiábamos las cosas cliché. Era absurdo, ridículo seguir un patrón donde la mujer era más débil que el hombre. Donde las historias de amor empezaban con la chica nerd y el chico buenorro y popular donde finalmente acababan juntos por que al chaval sólo le interesaba la mujer más irrelevante del colegio.

Llegamos delante de su casa y esperé a que entrara dentro, bueno eso esperaba, hasta que alguien abrió la puerta.

-Kim Sohee ¿Dónde has estado? -se dio cuenta de mi presencia y habló de nuevo. -Pero si es el novio/amigo/acosador de mi hermana.

Me reí. Sí, de manera sonora. Lo que acababa de decir provocó que Kim le clavara las llaves en el muslo.

-Soy Jeon Jungkook, amigo de Kim Sohee. Un gusto.

-¿Osea, que no eres su novio?

-No.

-Ni tampoco fetichista.

-Tampoco.

-Ni quieres nada con ella.

-Solo una amistad pura de adolescentes.

-Así empecé yo con Yuuko y creo que estoy por pedirle matrimonio.

-¡Taehyung! -grito Kim.

-¿Qué? -la miró confusa. -Es la verdad. Esa bolita de mochi dulce. Como no voy a casarme con ella.

-Pero eres muy joven aún. Y de donde sacarás tiempo para eso. Se merece algo mejor que tus tristes citas cada dos veces al mes.

-Sohee... eso duele. A oppa le ha dolido.-Taehyung se quejó a su hermana. Aunque no parecía dolido.

Hermanos, se insultan mutuamente y como si nada.

-En fin, vas a dejarlo fuera como la otra vez o entrará.

-Entrará. -respondí por ella.

-No que va. -me empujó hacia atrás. -Nos vemos el lunes. Cuidate. -me acarició la cabeza y cerró la puerta.

-De nuevo, la puerta y yo, solos, frente a la oscuridad de la noche.

-Jeon, vete a tú casa.

-Voy.

~
✏Narrador Omnisciente✏

-Y bueno ¿Tienes algo que decirme? -empezó Taehyung una vez besó el sofá.

-No.

-Vamos Sohee, el chico, Jungkook.

-Ah. Es un amigo. -contestó Sohee dirigiéndose directamente a la cocina.

-¿Y nada más? -Taehyung apostaba lo que fuera a que ellos tenían una relación más allá que la de una amistad.

-Nada más. -Sohee sacó su cabeza por la puerta de la cocina. -¿Acaso asumes que ambos somos algo más? -el mayor asintió. -Parece que no me conoces.

-Sohee tienes 18 años, tienes que enamorarte, saber las delicias de un buen beso, de pasear con el corazón latiendo fuertemente mientras te agarras fuerte al brazo de tú amado-

-No. Taehyung, no. Eso es lo más cliché que he escuchado en mi vida. -Sohee colocó sus manos en la sien.

-Pero es así el amor.

-No tiene por qué. Puede ser un amor fugaz y excitante o un amor totalmente profundo y real donde no siempre serán arco iris.

-Eso también es cliché.

-No lo es. Es distinto. Puedes enamorarte, cuidar del otro pero vivir independiente a los sentimientos. Y si realmente, aún sin depender del otro, podéis seguir hacía delante será un amor profundo y real. No necesito a nadie a mi alrededor como si fuera mi canguro.

-Has madurado tanto. -lloriqueó el mayor con una lágrima falsa recorriendo su mejilla.

-Sí, sí lo que sea. Me voy a la cama.

-¿No vas a cenar?

-No tengo hambre.