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Conseguí sacarla del baño de forma patosa. Estaba tensa y tenía sus brazos agarrados a mi cuerpo, sin tener la intención de soltarme en algún momento. Yo tampoco quería soltarla, pero no lo iba a admitir en alto.

Pude llegar hasta la sala donde estaban nuestras cosas, todas a un lado olvidadas. Aún estaban las luces fosforescentes brillando y la pantalla mostraba el 98 que había sacado en la última canción que había cantado antes.

-Esto. -empezó a hablar. -Me recordó tanto a hace un par de años. -sentí como seguía pegando su cara a mi pecho, dejándole permiso para que escuchara mi loco corazón.

-Lo sé. Me lo mencionaste. -intenté calmarla, haciéndole saber que estaba a su lado.

-Sentí tanto miedo. Tanto miedo como hoy. Nunca he podido sacarme ese momento de mi cabeza. Si no hubiera sido por Taehyung, ahora me sentiría lamentable. Más de lo que ya era. Me sentía sola y quería pasar una noche con mi hermano viendo películas o cualquier cosa, quería tener un hombro donde dormirme. Aún y las miles de advertencias de no salir sola a la calle, lo hice. Y no me sentía desprotegida al principio. -sus manos se formaron en puños y yo impulsivamente puse mi mano detrás de su cabeza. -Después de caminar por calles desconocidas empecé a escuchar pasos cerca de mí, pasos que se aceleraban cada vez que giraba una esquina. Tenía miedo, un miedo que no había sentido antes nunca.

Sabía que su caparazón se había vuelto más fuerte ahora. Repudiaba lo desconocido y de alguna forma estas cosas iban a seguir pasando.

-La sensación fría que recorrió mi cuerpo esa vez, como manipulaba su tacto en mí, su nariz pasando cerca de mi cuello. Quiero olvidarlo, pero ha vuelto a renacer el pensamiento. Me da asco y miedo. Porque ahora me siento desprotegida. -estaba reprimiendo sus lágrimas. -Me alegró tanto verte ahí, justo en ese momento. Me alegró saber que, como esa vez, fui rescatada. Gracias.

Y de esta forma, quedé callado. No sabía cómo responderle, ni consolarle, ni hacerle olvidar lo malo.

-Nunca agradezcas estas cosas. -yo te protegeré, pensé. -Es pronto. Podemos volver ahora a casa.

-Por favor.

Intenté sacarla de mi abrazo, pero a quien iba a engañar... Adoraba como sus brazos me abrazaban con tanta fuerza, como su cara se acurrucaba en mi pecho y ella mojaba mi camisa de lágrimas y tal vez mocos. Pero ahora era yo quien la protegía, a ella que, aunque nunca lo mostró, era débil en un mundo lleno de mal. Porque sí, este mundo se rige por el mal y lo bueno queda de lado. Incluso yo era malo, en el fondo era malo. Malo por quererla en mis brazos para siempre, malo por tentarla y por burlarme para ver su sonrojo.

Este mundo era horrible ¿por qué seguimos viviendo ignorándolo?



-Gracias por llevarme a casa. –Sohee dijo mientras cerraba la puerta y nos dirigíamos a la cocina.

-No es nada mujer.

Eran las ocho de la noche. Al ser aún invierno las calles seguían algo oscuras y silenciosas. Solo se escuchaban algunos vecinos sacando el perro a pasear o algunos coches de vecinos que vuelven de trabajar.

-¿Quieres cenar algo?

-Estaría bien. Le dije a mi madre que iba a cenar fuera. –miré a mi alrededor y sabía que Taehyung no estaba. -¿Y tu hermano?

-Me envió un mensaje antes. –dijo bajito. –Está con Yuuko. Hacía mucho que no se veían.

Vi como dejaba sus cosas a un lado del salón y entraba en la cocina, remangando sus mangas y cogiendo el delantal negro que había detrás de la puerta.

Ridiculous ; j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora