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-Jungkook estás muy ido. ¿Estás bien?

Las clases ya se habían acabado e íbamos de camino a casa. De alguna forma sentía mis pies muy pesados, mi cabeza algo fuera de si y mi cuerpo arder. No era muy buena sensación.

-No, estoy bien. Un poco cansado. Llevo así desde que salí de la segunda hora. -mentí.

-¿Seguro? Te veo algo pálido. -comentó Sohee mientras se paraba a mi lado y ponía una mano sobre mi brazo.

Y de alguna forma me sentía mucho más sensible de lo normal. Cada movimiento que hacía Sohee y cada vez que tocaba alguna parte de mi cuerpo provocaban que tuviera escalofríos. Pero de los malos.

Vale, tal vez no estaba muy bien. La conversación que había tenido con Hyojoon fue de los más alborotante y me había sobrecalentado la cabeza. Sólo no la quería preocupar, ya tenía suficiente con todos los asuntos de su vida como ahora incluirme en ello.

-Ayúdame, siento que el cuerpo se me vaya a derrumbar.

Sohee colocó mi brazo sobre sus hombros y pasó el suyo al rededor de mi cintura. A partir de ahí sentía que poco a poco podía apoyarme en ella y cerrar un poco los ojos.

-Jungkook pesas. No pongas tanta fuerza en mi. -su voz calló por un momento. Deduje que fue porque no le respondí. Bueno, no tenía fuerzas para hacerlo. -¡Jungkook no te duermas! Aún no hemos llegado a la parada.

No sabía muy bien que pasaba a mi al rededor. Empecé a perder la fuerza de pensar incluso y sólo podía escuchar la voz de Sohee que intentaba mantenerme en mi.

Y a partir de ahí todo era borroso. Me sentía en el infierno.



¿Qué estaba pasando?

Eso fue lo primero que pensé al sentir que volvía a abrir los ojos. Intentaba analizar la situación y pensar que estaba pasando.

Al abrir completamente los ojos y dejar que la borrosidad de mis ojos desaparecieran me fijé en el techo. Estaba en mi habitación. ¿Cómo?

Aun sentía un fuerte mareo y el cuerpo acalorado y pesado. Estaba enfermo, de eso estaba seguro.

-¿Ya estás despierto? -escuchó una voz femenina a su lado.

-Sohee... -al girarme me encontré con lo que deseaba encontrarme siempre.

-Me tenías preocupada. Te has desmayado en medio de la calle. Si me hubieras dicho antes que te encontrabas mal te hubiera ayudado antes. -empezó a reñirme.

-Venga, venga Sohee. El pobre está enfermo. -esta vez escuché una voz masculina cerca de la puerta.

Elevé mi cabeza y me encontré con Taehyung apoyado sobre el marco de la puerta. Parecía algo cansado.

-Perdón. No volverá a pasar.

-Da igual. Es verdad. Ahora tienes que descansar.

Sohee se acercó a mi puso una mano en mi frente. Desde donde estaba podía ver su expresión serena pero preocupada.

-Estás ardiendo. Voy a prepararte algo de comer y te traeré alguna pastilla para bajar la temperatura.

Ridiculous ; j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora