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Eran las 10 de la mañana y Kim seguía dando vueltas por casa. Yo, como buena persona y razonable, me quedé en el salón viendo la televisión.

-Kim ¿porqué das tantas vueltas? Pensé que lo tenías todo preparado.

-Y lo tengo todo preparado. Pero no encuentro mi batería portátil. Creo que Taehyung la ha cogido.

-En la estación de tren venderán mujer. Siempre puedes comprarte uno antes de salir.

-Pero el que tenía hacia conjunto con mi funda de Totoro.

Reí internamente. Su obsesión por Totoro era bastante notable.

-Dejalo. A parte siempre puedes usar el mío.

No parecía convencida pero dejó de caminar y miró la cocina.

-Gracias por hacer los platos. Voy a la ducha ¿vale?

Respondí con un "hmm" y me acomodé más en el sofá. Estaba haciendo zapping por los diferentes canales buscando entretenimiento. Mi móvil estaba cargando en el cuarto de Kim y tampoco me apetecía jugar con la tablet.

Al final coloqué un canal de música y dejé que mis pensamientos me trasladaran a otro sitio hasta quedarme dormido.

-Yah Jeon Jungkook, levántate.

Me levanté de golpe y sentí como alguien se sentaba a mi lado.

-Ah eres tú. -dije al ver a Sohee. -Oye no tienes frío. Esa blusa blanca parece muy fina.

-Estoy bien tranquilo. -vi su radiante sonrisa. Una sonrisa que solo había visto un par de veces.

-¿Has acabado ya de ducharte? ¿Quieres que haga algo?

-No. -me tiró hacía atrás, hasta que mi espalda dió con el sofá. Me relajé al ver que no atentaba a golpearme con algo. Colocó una manta sobre nuestros regazos y agarró mi cabeza con una mano para que me posara sobre su hombro. -Ahora explícame ¿estás bien?

Noté una presión en el pecho bastante doloroso. No para morirme pero incómodo.

-No me siento cómodo en mi propia casa. Me siento fuera de sitio. No pertenezco ahí. -noté como las lágrimas calientes inundaban mi cara y antes de que dijera nada sentí como me abrazaban.

Los brazos de Sohee eran muy cálidos y podía escuchar como sus latidos me calmaban.

-Mirame Jungkook. -lo hice y la vi sonreír. -Tu debes estar a mi lado.

Mis ojos aún lagrimosos vieron la cercanía de la chica. Como cerraba los ojos y se acercaba a mi cara.

-Sohee.

-¡Jeon estás llorando!

Sentí como algo me movía del sofá, bruscamente, y volví a abrir mis ojos.

-Kim...

-¿Por qué estás llorando? -delante de mi se encontraba la misma chica pero con un jersey encima y gafas, con el pelo aún húmedo. -Llevo todo el rato llamándote desde el baño para que me ayudaras con el secador y te encuentro así. ¿Estás bien?

Acabo de soñarlo todo.

-Sí. No sé, empezaré a tener alguna reacción o efecto secundario a las pastillas para la barriga.

-¿Tomas antibióticos? Pensé que te había pasado algo peor. Me había asustado. -suspiró aliviada. -Tengo gotas en el baño, vamos a ponértelas si quieres.

-Está bien Kim. -la paré para sonreírle. -No me irritan los ojos, solo se ponen lagrimosos. -me miró sin expresión. -¿En que querías que te ayudara?

-Vamos al baño. Secame el pelo.



-No me puedo creer que me uses hasta de peluquero.

-Es que tengo demasiado pelo y los brazos se me cansan. Tu vas al gimnasio y tienes unos brazos de envidia. -se excusó la muy aprovechada.

-Sí, sí. Lo que sea. Dame el peine.

-Toma~

-Gracias. -proseguí en peinarle el pelo ya secó. -Parecemos unos recién casados.

-¿Enserio? En las películas nunca he visto escenas parecidas.

-¿A no? Es que mi vecino siempre le hacía esto a su mujer cuando iba a su casa. Parecía disfrutarlo mucho.

-Hombre, relajante es. Y la verdad lo haces muy bien. Gracias Jeon.

-De nada Kim. Espero que me invites a algo en la estación.

Esta río y dio un par de palmaditas a mi espalda. -Espero que mi amistad eterna te sirva. -Y salió del baño para recoger nuestras bolsas. -¿Vamos?

Ahora nos encontrábamos en medio de la calle, corriendo para no mojarnos. Las nubes aparecieron repentinamente y aún teníamos 15 minutos por delante para alcanzar la estación. Nos paramos debajo de unos porches esperando a que se pusiera en rojo.

Yo llevaba las dos bolsas de mano y momentos antes Kim aseguró que en su mochila no se mojaran ni la cámara ni el dinero.

-Vaya día. Con lo que te ha costado peinar mi pelo.

No sé por qué, y llamadme raro, pero sentí mis mejillas arder. De todos los comentarios que podría haber hecho se a preocupado por mi trabajo con su pelo.

-Cuando lleguemos al tren te lo volveré a peinar. Ahora corre y cuidado con los charcos.

Volvimos a empezar a correr. Tenía por seguro que más de la mitad de la ropa dentro de las bolsas ya estaban mojadas y Sohee también, por esa chaqueta de tela.

Al llegar a la estación fuimos a los baños a secarnos y comprobar que todo estuviera los más decente posible.

Salí del baño primero y dejé la chaqueta a un lado. Me saqué la sudadera, que por suerte no se había mojado e intenté separar mi ropa mojada de la seca.

-Tengo todas las sudaderas mojadas. -escuché a Sohee saliendo del baño. -Al menos he podido cambiar mi jersey. Pero de la chaqueta ni te digo. -dejó su chaqueta mojada en uno de los asientos y la bolsa a su lado. -¿Tu que tal?

-Todo mojado. Solo han sobrevivido un par de pijamas. Pero yo estoy entero. Es una chaqueta impermeable. -le hice un gesto para que se sacara la mochila y saqué el dinero. -Iré a comprar alguna bebida caliente y algun calentador. Quédate aquí.

Asintió y estornudo.

-Toma. -cogí mi sudadera y se la puse encima. -Ahora vuelvo.

Ahora no te puedes resfriar.

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Holiiiis, hacia mucho que no actualizaba esta historia~~

Ridiculous ; j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora