XI

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"Amor fraternal."

Beacon Hills. Estado de California. Estados Unidos.

Septiembre 20, 2019

Stiles estaba a punto de explotar.

—¿Del modo difícil? Bien. —detuvo sus lágrimas como si estuviese cerrando una llave cualquiera.

Rápidamente saltó tirando las piernas hacia atrás, golpeando a Derek en el pecho lo suficiente para alejarlo de su persona y con una fuerza increíble quebró las esposas al halar ambas manos hacia delante, lastimándose un poco las muñecas.

Derek consiguió levantarse bastante veloz  a pesar de estar un poco ebrio, se acercó al castaño de forma decidida a golpearlo y luego desquitarse sexualmente con él pero Stiles fue más rápido, lanzando otra vez una patada a su cara.

El menor buscaba cualquier objeto con la mirada, para poder ir por Damon e irse de allí. Sin embargo, no sabía que aquel golpe hacia a Derek literalmente le había quitado todo efecto del veneno, activándolo en sus cinco sentidos. El pelinegro corrió esta vez hacia él, tirándole al suelo y golpeando fuertemente los costados de su cuerpo, sacándole todo el aire. El mayor tomó otro par de esposas y lo ató a la rejilla de calefacción, saliendo del sótano.

[...]

Después de que Derek terminó de golpearlo, no gritó, no habló, no emitió sonido alguno, sólo miraba a aquel hombre fijamente, se le había quitado el hambre, su garganta dolía y su cuerpo igual, habían pasado dos días y aun recordaba aquellas palabras que él le dijo.

"—Eres la persona más inútil que he podido toparme." —le dijo con una voz extraña, entonces supo que era su lobo y no el humano.

¿Por qué se dejaba controlar por su instinto animal?

Sintió dolor, angustia, ira pero mas que todo, decepción porque estaba realmente seguro de que Thalia lo habría vuelto mierda a golpes si se enterara de lo que su hijo había estado haciendo. Estaba más cansado aún y quería morirse, lo raro es que no se sentía mal ni tampoco se sentía bien, no sentía nada, nada en absoluto.

Un gemido de dolor le hizo salir de su mente, buscó el origen de aquel y casi gritaba cuando vio el estado en que se encontraba Damon. Los ojos rojos y su cara era irreconocible de lo morada e hinchada que estaba, su camisa anteriormente blanca, estaba roja por toda la espalda y negra por toda la tierra del suelo, quiso hablar pero el solo intento le rajaba la garganta.

—Damon... —susurró, debido a su garganta, el mencionado lo miró y como pudo se empezó a arrastrar hacia Stiles.

—Sti-les. Oh, Dios mio, ¿estás bien? —todo movimiento que realizara, era con bastante esfuerzo, en eso, subió su mano a la cara del menor, acariciándola —. Te oí gritar hace un par de días pero yo estaba en otro cuarto con una mordaza, ¿te hizo algo?

—No te preocupes —respondió Stiles, sonriendo un poco—, no siento nada.

—Vamos a salir de aquí pronto, te lo prometo. —el mayor se recostó a su lado, dejando que Stiles descansara su cabeza.

Pasaron varios minutos antes de que el menor pudiera hablar correctamente: —No va a ser pronto, va a ser ya. —se levantó, diciéndole a Damon que le diera un trozo de su camiseta, quien se lo dio con dificultad debido a que él igual estaba atado de manos, pero con una cuerda.

Stiles empezó a escupir su mano hasta quedar bastante lubricada, se puso la prenda en medio de su boca y morderla al mismo tiempo que hacía forcejeo para sacar su mano del aro de metal, después de varios intentos con un dolor del asco, mira al pelinegro y aguanta un grito de dolor.

Para sacar su mano del aro de las esposas había que dislocarse el dedo pulgar, y su mano salió con facilidad, tomó la misma prenda y se la amarró a la mano, sosteniendo aquel dedo fuera de su eje. Se levantó y ayudo a Damon a quitarle la cuerda.

—Nos vamos de aquí. —le dijo, no sin antes tomar una varilla de metal que había visto por allí.

Subieron las escaleras y se quedaron detrás de la puerta que daba justo detrás de la sala donde yacía Derek viendo televisión, la puerta quedaba a un costado de ellos, escapar era bastante fácil. Sin embargo, le dijo a Damon que se fuera y buscara la comisaría para hablar con su padre, Stiles se quedó porque esto ya era, un asunto muy personal.

Se acercó sigilosamente por detrás y levantó la varilla dispuesto a darle en la cabeza. Pero había olvidado que los los lobos perciben las cosas desde lejos.

Derek dio un giro rápido y quitó el objeto de sus manos, tirándolo lejos, Stiles lo pateó en el abdomen, el pelinegro ni se movió. Había olvidado como era luchar con hombres lobo, excelente.

Se quedaron mirando fijo, Stiles lanzó un puño a la cara del mayor y acertó, agarrándose la mano al instante, ¿acaso tenía piel de metal o qué?

Derek lo cargó y lo tiró hacia una de las paredes, el menor cayó al suelo golpeándose la cabeza, ¿por qué siempre tiene que hacer shows en vez de irse?. Su pie se topó con la varilla que tenía anteriormente y se levantó rápidamente, el pelinegro lo miró desafiante.

—¿Qué crees que vas a hacer? No puedes golpearme. ¡Uhg! —su mirada bajó hasta la varilla enterrada en su abdomen, ese hijo de perra...

Por suerte Stiles había desarrollado su puntería con corto punzantes. El menor sonrío y se fue corriendo.

[...]

Al llegar a la comisaría, se topó con su padre, quien al verlo casi podía sentir un infarto a la vuelta de la esquina, Stiles jamás lo había visto tan feliz.

—Stiles, hijo, promete que no te me vas a ir otra vez. —le dijo John al borde de las lágrimas

—Si papá, lo prometo. Yo de aquí no me voy. —el mayor le miraba la cara y el cuerpo maltratado, no tenía la necesidad de preguntar ni Stiles de responder, Damon le había contado.

—Ese hijo de su grandísima madre me las va a pagar.

—Ese es un problema menor, papá. Kate Argent secuestró a Chris debemos encontrarlo, rápido. —los tres hombres entraron en la oficina del mayor de los Stilinski.

—¡Sheriff! —escuchó un grito desde lejos, Stiles quien había sido el ultimo en entrar, volvió su mirada al pasillo y ambos se quedaron petrificados—. ¡Stiles! ¡Dios mio!

—¡Scott! —gritó el castaño, corriendo hasta su mejor amigo, atrapándose en un abrazo, pasaron varios minutos con ambos ya tenían los ojos llenos de lágrimas, el latino empezó a tocarle la cara y partes del cuerpo que veía con moratones, sus venas se tornaron negras de tanta curación que estaba haciendo, no le importaba si se debilitaba, lo hacia por su hermano.

—¿Como te atreves a irte sin decirme nada? —preguntó desesperado Scott, dándole besos en toda la cara hasta llegar a sus labios y posar los suyos allí.

***
N/A: Me encanta cuando el mundo arde a mi alrededor.

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