"Sacarte de dudas."
Beacon Hills. Estado de California. Estados Unidos.
Diciembre 24, 2019
El tiempo se le había ido muy rápido, en septiembre de ese año estaba acabando con las manadas de lobos en París, luego la muerte de Chris. En octubre había ocurrido lo de Damon, Kendall y su clan de brujas y ahora último en diciembre estaba con la versión adolescente de Derek.
O sea, sabía que tenían que hablar —dado el caso de que no recordase algo, sería hablar de los mates—, pero no sabía qué sería tan pronto. Aunque recordándolo bien, ya había pasado el tiempo que Deaton había mencionado para su recuperación.
Había olvidado cómo era Derek Lee Hale, ya estando grande con sus treinta años obtenidos por el efecto de la poción. Tenía la barba raspa que él desearía sentir en su mejilla, no tenía camisa porque estaba en su dormitorio y mostraba su poco vello en pecho que crecería con los días. Lo bueno, es que Derek siempre utilizaba bóxers holgados, entonces en este caso no se vería como una licra pegada a su pene.
El pene que estuvo dentro suyo ayer, que lo hizo gemir, gritar y morder la almohada. Diría que está sonrojado más sin embargo, con su nueva personalidad había perdido la vergüenza o la ternura.
Asimismo, con su "actitud" recién forjada, decidió actuar con demencia e indiferencia.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, pendiente a la respuesta del mayor.
—Lo siento. —respondió él casi de inmediato, descolocando a Stiles, era bastante obvio que no esperaba que Derek recordase algo.
—¿Qué sientes? —continuó preguntando, para saber hasta que punto llegaba la disculpa de Derek.
—Kate fue la primer chica con la que creía que podía tener una relación formal, estaba asustado porque me rechazara y pues hoy caigo en cuenta de que la maldita estaba loca...
Stiles se debatía entre sí escucharle el rollo o no: —¿Y eso a qué responde mi pregunta?
Derek concentró su seria mirada en él, no obstante Stiles seguía con una firmeza que hasta el mismo se sentía orgulloso, suspiró: —Dejame explicarte.
—Está bien, continúa.
—Mis compañeros de entreno me habían dicho que tenían una sorpresa contigo, yo estaba concentrado en poder tener a alguien que me quisiera y me apoyara incondicionalmente por eso no les presté atención, mucho menos cuando te acercaste y me diste un beso.
La mirada de Stiles había empezado a temblar.
—Tuve que admitir que me enojé, entré en ira pero no fue por el hecho de tu gusto por los hombres, fue porque creí que era alguna de tus bromas, pero se me había ido de las manos...
La respiración del castaño estaba siendo entrecortada.
—Sé que te dije y te deshice, pero en ese momento creí que por fin había hecho algo bien ya que, llevaba muchos años sin tener pareja entonces cuando Kate me cortó, mas ira sentí aún. Juro que te vi del tamaño de una hormiga, deseaba hacerte sufrir, que gritaras de dolor. No tiene sentido recordar eso ahora.
Derek podía sentir los latidos del castaño subiendo su ritmo, podía ver más allá de su mirada a pesar de estar serio, sabía que su Stiles tenía miedo.
—Todavía te odiaba aunque en parte haya sido culpa mía por darte ilusiones y luego haberte golpeado por aquello, el caso es que tampoco debía decirte eso aquel día en mi casa, pero es que no te soportaba.