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Alrededor de un par de horas después, la señora Thompson nos llamó para la cena. No era la primera vez que cenaba con ellos, pero si era la primera vez que Charlotte estaría presente. No sé porque, tendría que ser alguna extraña razón, pero nunca había visto a Charlotte en su propia casa. Yo solía venir a menudo aquí, incluso me he quedado a pasar la noche y nunca antes la había visto.

Estoy sentado en la mesa, al lado de Drew, Spencer esta frente a nosotros junto con Manelik, el señor Thompson está a la cabeza de la mesa, contándonos sobre su día en la oficina. Entonces ella entra, riendo por algo y negando con la cabeza, cuando su mirada se encuentra con la mía su sonrisa se apaga poco a poco. Lleva un refractario en las manos, ella camina hacia el lado de Spencer y coloca el recipiente con la comida en el centro de la mesa.

Solo queda libre una silla en la mesa, aunque a un lado de la estancia hay dos sillas más, Drew se pone de pie y toma una ellas, la coloca a mi lado y el vuelve a su lugar, le señala a Charlotte que ese es su lugar, pero duda (demasiado) antes de tomar asiento a mi lado.

Ella esta vestida con un short de mezclilla y una blusa de encaje, su cabello se encuentra húmedo por lo que supongo que acaba de tomar un baño.

Charlotte tiene la mirada perdida hasta que su padre atrae su atención — ¿Cómo estuvo el entrenamiento de hoy, Charlie?

Levanta su mirada, me observa primero a mí y después a su padre, sonríe levemente —Bien.

—Tus manos ¿Cómo las sientes? — le pregunta Drew, ahora.

—Aún tengo que encintar mis dedos. Se me dificulta un poco hacer ciertas cosas — dice moviendo sus dedos por encima de la mesa; donde puedo notar que sus uñas están pintadas de un color oscuro, parece casi negro, pero es como un tono de morada realmente oscuro.

¿Por qué estoy prestando atención a estas cosas? No lo sé.

En ese momento la señora Thompson entra al comedor con otro refractario, lo pone sobre la mesa y se limpia las manos en un pequeño mandil que tiene puesto, nos sonríe cálidamente a todos — Bien, a comer todos — ella se quita el pequeño mandil antes de sentarte con nosotros a la mesa, y no es hasta que ella da un bocado a su comida que todos los demás comienzan a comer.

— ¿Cuándo es tu primer partido, Charlie? — le pregunta Menelik.

—La próxima semana, creo — contesta ella.

Lentamente la cena se llena de una plática amena, todos platicando, haciendo bromas y riendo.

Y a pesar de que puse la vida de Charlotte en peligro ellos me tratan bien, incluso ella, Charlie: me sonríe y bromea conmigo.

Dios, su sonrisa, sus labios, sus ojos.

¿Por qué de pronto me volví tan apreciativo hacia ella?

Noto todo sobre ella, hasta sus cambios en la respiración o como disimuladamente huele su comida antes de darle un bocado. Las pequeñas arrugas que se forman alrededor de sus ojos, o como arruga su nariz de esa manera tan peculiar.

De todo eso me he dado cuenta y fue tan solo en esta cena, en los menos de veinte minutos que llevamos sentados juntos.

La cena termina, yo me voy con los chicos de vuelta a la habitación tipo multimedia y Charlotte ayuda a su mamá a recoger la mesa y ayudarla en la cocina.

Se hace tarde, me despido de los chicos y salgo de la habitación en dirección de la puerta principal. Cierro la puerta a mis espaldas, me dirijo hacia un lateral de la casa donde estacione mi camioneta y escucho su voz.

Está sentada en un columpio con vista a la piscina.

— ¿Ya te vas? — pregunta, en un susurro. Menelik se encuentra dormido, con su cabeza recargada en el regazo de ella.

—Sí, ya es algo tarde— le contesto, titubeante.

Ella asiente, acariciando distraídamente la frente de Menelik, en ese momento la pantalla de su celular se enciende ella lo toma y desliza el dedo por la pantalla para tomar la llamada.

—Hola... eh si, ya ven por él... vale.

Sonriendo, deja nuevamente el móvil a su lado.

—Charlotte — la llamo, ella levanta su mirada hacia la mía —. De verdad lamento todo lo que paso, sé que dijiste que lo olvidara y no puedo, puse tu vida en peligro. Soy un idiota yo...

Muerde su labio inferior, lentamente aparta su vista de la mía pero no me contesta nada. Siento que el silencio es infinito, siento que lo he arruinado y que nunca me hablara de nuevo.

—Pusiste mi vida en peligro si... — habla, su voz es suave y baja — pero de alguna manera, me hiciste darme cuenta que tengo aprender a superar mis miedos ¿Sabes? Amaba estar en el agua, era mi lugar favorito en el mundo donde me gustaba estar. La piscina. El mar —dice con una sonrisa —, no me importaba pero tenía que estar en el agua.

—Si me dejas, yo puedo ayudarte.

Ella ríe —Gracias por la oferta pero tengo que ir a un especialista. Y de cualquier manera ya me ayudaste ¿te acuerdas? Me aventaste al agua — dice en tono divertido.

Lleva su mirada sobre mi hombro, haciendo una mueca divertida.

Antes de girar a ver quién viene escucho la voz de Drew — ¿Cuánto tiempo lleva dormido?

—Como media hora.

Su hermano se acerca a ella y toma al niño en brazos —Creí que ya te habías ido — me dice.

—Estaba a punto de hacerlo — me excuso torpemente, sacando las llaves del bolsillo de mi pantalón.

Él asiente, Charlotte se pone de pie y comienza a seguir a Drew a través del jardín.

—Hasta luego — me despido.

—Adiós — dice ella, girando levemente su rostro sobre su hombro.

—Ten linda noche—contesto de vuelta.

—Vete, Bieber — dice Drew antes de perderlos de vista.

Dime Algo Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora