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Vuelvo a la fiesta con una sensación de ardor en el pecho. Me siento patética y humillada; seguramente Justin se sintió de está manera cuando me veía con Joseph y está fue su manera de hacermelo saber.

Aunque con Joseph nunca había pasado nada, siempre fui muy clara con él respecto a mis sentimientos y lo confundida que estaba sobre ellos, ayer por la noche le dije que lo mejor sería venir al baile como amigos pero no como una cita porque no quería darle una idea equivocada, él lo entiendo, dejó un beso en mi mejilla y subió a su auto para ir a casa después de la cena que hicieron mis padres.
Otra de las razones por lo que hice esto es para no dar señales cruzadas a ninguno de los dos, ni a Joseph ni a Justin. No quería que ninguno de los dos sintiera que estaba jugando con ellos porque yo no soy de ese tipo de chica que se siente superior jugando con los sentimientos de los demás, porque no es algo que se sienta bonito en lo absoluto.

Entro al salón nuevamente y a la primer persona que me encuentro es a mi hermano Spencer.

—Hey — dice — ¿Encontraste a Justin?

—No— le digo simplemente.

—¿No? — pregunta extrañado — ¿Quieres que te ayude a buscarlo?

—No.

Spencer frunce el ceño y su mirada me recorre el rostro, intentado encontrar que está mal.

—¿Que ha cambiado? — intenta saber mi hermano.
Para Spencer, por favor para.

—Nada — mi voz sale en un susurro entrecortado y las lagrimas comienzan a empañar mi visión.

—¿Charlie? — la voz de mi hermano sale dudosa.

Niego vehemente y entonces él me abrasa.

—¿Que ocurre? Dime la verdad.

Levanto mi rostro de su pecho y lo miró a los ojos.

No puedo mentir, no a él —: Estaba besando a esa chica.

—Seguramente viste mal, Justin no

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—Seguramente viste mal, Justin no...

—Lo vi perfectamente, Spencer ¿porqué lo defiendes? Sé lo que vi, no estoy ciega y no soy tonta

—Charlie, no estoy diciendo que lo seas — habla con pesar —pero Justin no haría nada de eso ¡Él te quiere!

—Si ya tuvo sexo con ella ¿Qué le impide besarla? — digo con desprecio.

—Tu no eres asi Charlie, no dejes que el rencor hable por ti.

—Nada ni nadie está hablando por mí, es solo que... Estoy harta de todo esto.

Inclino un poco mi rostro, limpiando las lágrimas que amenazan con caer.

—Hey— escucho a Justin llegar hacia nosotros, él no puede verme porque le estoy dando la espalda.

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