Justin quiere que Charlie le cuente todo sobre ella.
Justin necesita que Charlie le diga algo sobre ella.
"-¿Estas segura? "
"-Contigo ¿ahora? - él asiente - Si"
Estaba llegando de vuelta a la casa de los Thompson, por la tarde, después de pasar a mi casa por ropa limpia y a tomar una ducha, cuando me llega un mensaje de Jazzy:
"Podrías venir a la academia y traerme el leotardo que deje encima de mi cama, porfa :) También una bebida energética que deje en el refri, te juro que es lo ultimo que te pido"
Así que antes de siquiera apagar el coche, pongo el cambio en el y acelero para ir a mi casa de nuevo.
De regreso a la academia busco el aula donde mi hermana me dijo que estaba y me dirijo hacia ella, que ya está esperándome en la puerta de su salón mordiéndose las uñas de manera ansiosa.
— Relájate, ya estoy aquí — le digo intentando tranquilizarla y entregándole la pequeña mochila.
— Si, pero he traído la ropa incorrecta, tal vez ya no esté en el cuadro principal — dice apenada.
— Lo estarás— le digo sonriendo y dejando un beso en su frente.
— Gracias — sonríe antes de volver a entrar a su salón.
En ese mismo momento se escucha un golpe sordo y varias voces gritando asustadas. Me acerco al lugar donde se escucha el alboroto y veo a Charlie en el piso, con sus manos en su rostros, escondiendo su llanto.
— ¡¿Que paso?! — grito desesperado corriendo hacia ella — ¡¿Que paso?! ¡Maldita Sea!
— Se me resbalo — explica el chico con quien la vi hablando al dejarla en la academia — . No la sostuve bien y se me resbalo, perdón. Charlie...
—¡Aléjense todos! — grita el coreografo — . Necesitamos darle espacio — dice pero yo no me alejo.
Me acerco mas a ella y tomo sus manos entre las mías.
— Charlie — susurro — . Charlie — repito, pero ella no deja de llorar.
Respiro hondo antes de dejarme llevar por la desesperación.
— Asiente o niega ¿De acuerdo? — le pido y ella asiente. Levanto su blusa y comienzo a tocar suavemente su abdomen, presiono sobre sus costillas, ella se queja.
— ¿Te duele? — Que pregunta tan estúpida Justin, si se queja es obvio que le duele, me recrimino pero ella asiente.
Sigo tocando y apretando, ella asiente algunas veces y otras niega. Pero al menos ya ha dejado de llorar.
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— Creo que no te quebraste nada, pero aun así, alguien que en verdad sepa de esto debería revisarte ¿Quieres que te lleve al hospital? — pregunto, acomodando su cabeza en mi regazo.
