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Charlie.

A pesar del mal rato que pase en la mañana, los chicos siguieron con la idea de ir a festejar nuestro triunfo en la clase de educación física. Por lo que ahora nos encontrábamos en un restaurante esperando pacientemente a que nos tomaran la orden. 

Gracias a que me habían devuelto mi ropa pude cambiarme, pero aun traía puesta la camiseta de Justin, porque me queda un poco mas grande y no tan ajustada a mi cuerpo como la blusa que traía para ponerme hoy, por lo que me hace sentir menos cohibida y más a gusto rodeada de los chicos. 

Ellos decían que iban a encontrar a quien sea que haya escondido mi ropa y que lo harían pagar, pero les dije que no. No tiene sentido para mi hacer algo mas grande de lo que ya es; no voy a buscar represalias contra nadie y no voy a buscar un culpable, así de simple. Porque honestamente no quiero llamar mas la atención sobre. Ya fue suficiente con que todos se enteraran del accidente en el viaje, y estoy un poco cansada de las miradas de lastima, para ser honesta. 

La camarera llega a tomar nuestra orden y los chicos comienzan a flirtear con ella. Río por lo que le dicen y la comprendo demasiado porque suelen ser muy coquetos; te pueden hacer sentir incomoda, pero después se deshacen en disculpas por ello; aunque al final del día, cuando tu mejor amigo es un hombre ellos siempre van a estar ahí para ti. Son menos pre-juiciosos que las mujeres y en verdad es muchísimo más divertido estar rodeada de ellos. Esas son una de las pocas razones del porque me llevo tan bien con mis hermanos y porque son algo así como mis mejores amigos —algo patético, lo sé, pero hago lo que puedo. 

Escucho vagamente de lo que hablan, pero llama mi atención el hecho de que están planeando una fiesta para después del primer partido que juegue, que sera este viernes, dentro de dos días. 

—Tiene que prestar su casa, nunca lo hacen, y es lo suficientemente grande como para invitar a todos — dice Joseph, un compañero de equipo de mis hermanos tanto en fútbol americano en la escuela como en el equipo de béisbol juvenil de la ciudad. Él me conoce, y sabe también porque mis hermanos no hacen fiestas en mi casa.  Nuestras mirada se cruzan y yo hago un gesto de disculpa —. Oh, lo siento, Char — me dice tomando mi mano por encima de la mesa, le sonrió levemente, cuando levanto mi mirada de nuestras manos, veo como Justin tiene la mirada fija en Joseph, como si quisiera matarlo; cuando se da cuenta que lo he visto, la desvía hacia otro lugar. 

Mientras ellos discuten el lugar donde será la primer fiesta de la temporada, me excuso y me dirijo al baño. Me miro en el espejo y tomo varias respiraciones para calmarme. 

—Estas bien, has estado con ellos antes, no hay nada de que preocuparse — tranquilizo a mi reflejo en el espejo.

En ese momento la puerta se abre estrepitosamente y Justin entra, todo enérgico, cuando me ve frente a los lavamanos, se detiene. 

—Lo siento, sentí-creí — se corrige — que estabas tardando demasiado y escuche voces, creí que tal vez alguien te estaba molestando. 

¿Tanto tiempo tarde impulsando mi auto-confianza? 

Sacudo mi cabeza ligeramente —Lo siento, no creí que estar en el baño me llevara tanto tiempo — señalo a la puerta — ¿El baño es unisex o... porque estas aquí dentro? 

—No — dice rápidamente — es el baño de damas, es solo que... no lo sé. Lo siento. 

—De acuerdo — digo, levemente extrañada.

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